De manera general, los problemas de la vida cotidiana, personales y laborales, generan un alto nivel de estrés entre las personas, lo cual además se acentúa con la crisis o problemas económicos que de ellos se deriva, lo que duplica el riesgo de tener un ataque cardiaco, según un estudio del Instituto de Investigación del Estrés de la Universidad de Estocolmo, Suecia.
De acuerdo con un estudio publicado en la Revista Argentina de Cardiología, la incertidumbre económica genera pánico y estrés, lo cual se refleja en un incremento de la frecuencia cardiaca, presión arterial alta, la ruptura de las placas de colesterol bueno y una ineficaz oxigenación, que llevan a padecer un ataque cardíaco o accidente cerebro-vascular.
El estrés está identificado como un disparador de angina de pecho y constituye un factor de riesgo importante en el desarrollo de ataques cardíacos. En muchas ocasiones, preceden a muertes inesperadas.
Afecta al corazón porque cierra las arterias coronarias, reduce la cantidad de sangre que el músculo cardíaco recibe y lo predispone a arritmias. Además, la sangre se espesa, lo que aumenta la posibilidad de formación de coágulos.
A su vez, de manera temporal, se liberan grasas a la circulación, con los que los niveles de colesterol se elevan, al menos transitoriamente. El estrés continuado puede alterar el revestimiento interior de los vasos, predisponiendo a la aterosclerosis.
En las mujeres, el estrés crónico puede reducir los niveles hormonales, que constituyen un factor protector cardiovascular reconocido.
Las crisis o problemas económicos son considerados con un fuerte factor de riesgo psicosocial que eleva las estadísticas de personas con infartos y accidentes cerebrovasculares en todo el mundo, año con año, por ello la importancia de saber manejar el estrés y tener mejores hábitos y condiciones de vida.