Los calambres se manifiestan como un dolor muscular repentino, involuntario e incontrolado. Pueden afectar cualquier músculo del cuerpo, aunque son más comunes en los pies, manos, muslos y pantorrillas.
Suelen producirse porque realizamos algún movimiento inusual o excesivo, por cambios de temperatura o por estrés.
Masajes. Masajea el músculo en dirección contraria al dolor, presionando con un poco de fuerza para estirarlo gradualmente y que se relaje.
Vendas. Envuelve el área con una venda elástica para reducir el dolor. Ten cuidado de que no esté muy apretada porque puede causar hinchazón. Puedes aplicar aceite de eucalipto, pino, romero o tomillo sobre el área afectada para calentarla.
Infusiones. Un té de jamaica con 2 gotas de vinagre, o una cucharada de miel con vinagre de manzana en una taza de agua caliente son excelentes remedios para contrarrestar el dolor.
Baño. Mezcla una cucharadita de semillas de mostaza en un litro de agua. Hiérvelo por 10 minutos y añade agua para darte un baño en las piernas, o agrégalo a tu tina. Sumerge el área afectada durante 20 minutos.
Una combinación. si el dolor es muy fuerte, te sugerimos hacer una combinación de técnicas. Con un paño mojado en vinagre de manzana o árnica masajea el área en sentido contrario al dolor, luego aplica una venda elástica.
Fuente: actitudfem.com