El aplaudido actor canadiense Ryan Gosling se estrenó como director en la sección Una Cierta Mirada del Festival de Cannes, con «Lost River» , que propone un delirio visual «vintage» sobre la deshumanización en medio del caos y el abandono.
Tras ganarse una sólida reputación como actor en «Drive» , de Nicolas Winding Refn; «Half Nelson» , de Ryan Fleck, o «Blue Valentine» , de Derek Cianfrance, Gosling se pone por primera vez detrás de la cámara con un filme arriesgado y de autor, que destila cierta conexión con la particular «Mulholland Drive» , de David Lynch.
En un pueblo que se muere, Billy (Christina Hendrix) intenta sacar adelante a su bebé y a su hijo adolescente (Lain de Caestecker) , mientras todos lo que han podido han abandonado ese lugar, en el que las casas arden y se derrumban sin que a nadie le importa. Un mundo donde perro come perro.
Se trata de una inquietante película de una hora y tres cuartos con garra, una cinta compleja que no está llamada a seducir a audiencias generalistas.
Gran parte de la atmósfera de la cinta emana de su cuidada y poderosa fotografía, que firma el belga Benoit Debie, el mismo que fabricó las imágenes de «Spring Breakers» , de Harmony Korine, y de «Irréversible» , de Gaspar Noé, que también se proyectó en el Festival de Cannes en 2002.
Fuente: eluniversal.com.mx