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En 1908, el único color del catálogo era el negro. La pintura oscura se sacaba más rápido al sol, lo que optimizaba la cadena de producción en serie que inauguró Henry Ford con su modelo T. El nacimiento del color de los autos es una anécdota. La historia viró del color negro al blanco: por sexto año consecutivo se convirtió en la tonalidad más demandada por los usuarios en todo el mundo.

El análisis general despinta la preferencia del color de los autos según el criterio común de la humanidad. La vida podrá ser colorida pero los vehículos son en el 66% de los casos blancos, negros o grises. Es una de las conclusiones de un estudio publicado en la web especializada francesa L’Argus, de acuerdo a una investigación de Axalta Coating Systems, proveedor global líder de pinturas líquidas y en polvo.

Por el blanco se decanta el 37% de los dueños. Una tendencia creciente en todas partes del mundo. En 2015 había acaparado el 35% de la demanda mundial y hace seis años que gobierna el trono de la pintura más elegida de autos: es líder indiscutible desde cuando desbancó al color planta en 2011. Esta tonalidad domina el mercado africano, lidera el espectro europeo y en Argentina ocupa el segundo lugar con el 19%, muy cerca del rojo que con el 23% del padrón total prevalece en el imaginario colectivo nacional.

En términos globales, al blanco le sigue a una distancia considerable el negro con el 18% de los gustos del mundo en versión automotor. El gris y el plateado comparten y cierran el podio con un 11 por ciento. Una demostración de cómo los colores acromáticos gobiernan el favoritismo en la tonalidad del vehículo.

El listado se completa con los colores rojos y azules, ambos representan el 6% del campo automotor mundial, el mismo porcentaje que comparten con el beige. Con un apego minoritario, cierran la lista el amarillo, con el 3%, el verde con el 1% y el resto de los colores de la escala cromática que en conjunto representan el 1% restante.