Cargando
.

Lee la revista aquí

cerebrofemenino1

El cerebro femenino tiene sus propias características y riesgos, sin embargo, también es más susceptible a determinadas condiciones o trastornos que pueden afectar sus capacidades a diferencia del masculino.

La mujer y el hombre procesan de forma diferente los estímulos. Para realizar una tarea utilizan circuitos diferentes, en el caso de las damas, las hormonas son determinantes para la creación y funcionamiento de sus distintas conexiones, según científicos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard.

ADN masculino: De acuerdo con un estudio del Cancer Research Center, en Estados Unidos, dos de cada tres mujeres poseen este tipo de material genético en varias zonas cerebrales, lo que las podría proteger contra la enfermedad de Alzheimer y artritis reumatoide.

Terapia de reemplazo hormonal: Según la investigación de la neurocientífica Janet Sheperd, publicada en la Journal of American Pharmaceutical Association, indica que el uso potencial de la terapia hormonal sustitutiva (THS), con el uso de estrógenos, serviría para reducir el riesgo de Alzheimer y mejorar los síntomas del Parkinson. Además,  protegen a las neuronas del daño oxidativo, isquémico y antiinflamatorio.

Ejercicio: Un estudio de la Escuela de Medicina de la University of Washington revela que realizar de manera frecuente de 30 a 60 minutos de aeróbicos de moderados a intensos puede reducir el deterioro cognitivo conforme a la edad. Por otra parte, mejoran las capacidades de atención, concentración, organización, planificación y tareas múltiples, en mujeres mayores de 40 años.

Además, investigadores de la Universidad de Gotemburgo en Suecia observaron que tomar una pequeña dosis de aspirina al día podría moderar el deterioro del cerebro femenino en edad avanzada y con riesgo de sufrir un infarto; que podría prevenirse desde antes de la menopausia.

Fuente: Bienestar.salud180.com

Al igual que existen productos para intentar mitigar los signos de envejecimiento de la piel, la alimentación también es clave a nivel cerebral. Según un estudio dirigido por la doctora Michelle Luciano, de la Universidad de Edimburgo (Escocia), y publicado en Neurology, los alimentos propios de la dieta mediterránea ayudarían a mantener el volumen del cerebro.

 

Para llevar a cabo esta investigación, se recopiló información acerca de los hábitos alimenticios de 967 escoceses de edad avanzada y sin ningún tipo de demencia. Cuando tenían en torno a 73 años, a 562 de ellos se les sometió a una resonancia magnética para medir el volumen total del cerebro, el de la materia gris y el grosor de la corteza cerebral, y, de estos, 401 regresaron tres años después para hacerse una segunda resonancia magnética.

Al comparar los datos, se constató que en esos tres años las personas que se alimentaban con productos propios de la dieta mediterránea habían tendido a conservar más volumen cerebral que los otros. Sin embargo, “aún se necesitan estudios más amplios para confirmar los resultados”, explica Michelle Luciano.

 

¿Qué incluye la dieta mediterránea? 

  • Predomina el consumo de frutas, vegetales, legumbres, carnes blancas, pescado, marisco, pasta, arroz, frutos secos, aceite de oliva.
  • Excluye carnes rojas, huevos, mantequilla y dulces.

 

¡Comienza hoy con este delicioso plato!

 

Zarzuela de pescado

Ingredientes:

1 taza de cebolla cortada fina

2 cucharadas de aceite de oliva

1 taza de zanahorias cortadas finas

1 taza de vino blanco seco

200 gramos de almejas

400 gramos de vieiras (opcional)

800 gramos de bacalao

Sal

Una pizca de azafrán

 

Preparación

Fríe la cebolla con el aceite hasta que esté transparente. Añade las zanahorias y el tomate y continúa la cocción a fuego lento entre 15 y 20 minutos. Coloca el vino y las almejas, la taza de agua, las vieiras y el bacalao. Muele el azafrán con un poco de sal; agrega a la sopa y hierve lentamente unos 10 minutos hasta que el pescado se lamine fácilmente. Sirve acompañado de pan blanco.

Fuente: Revista Mariela

 

Prendemos la computadora o conectamos el celular y se abre la llave al ciberespacio. En ese preciso momento, nos zambullimos en un mundo diferente, aunque no nos movamos físicamente. ¿Qué ocurre dentro de nuestro cerebro? ¿Cómo cambiamos nuestro comportamiento?

Cuando entramos en el ciberespacio, no siempre somos conscientes de que nos adentramos en un mundo virtual donde el tiempo pasa más rápido, y pensamos y nos comportamos de manera muy distinta a como lo hacemos en el mundo real.

La ciberpsicóloga forense Mary Aiken lo describe en un artículo de BBC Mundo, como un «mundo hiperconectado» en el que «todo se amplifica» (lo bueno, como el altruismo, y lo malo, como la delincuencia) y nos volvemos mucho más vulnerables.

Así relata Aiken en su libro The Cyber Effect (2016) sobre el comportamiento humano en Internet: «La tecnología se ha infiltrado en cada uno de los aspectos de nuestra vida. Estamos viviendo un momento histórico muy emocionante en el cual están cambiando muchos aspectos de la vida en la Tierra. Pero lo nuevo no siempre es bueno y tecnología no es sinónimo de progreso», dice la psicóloga, cuyo trabajo en el FBI e Interpol inspiró la serie televisiva CSI Cyber.

Aiken explica que, una vez que entramos en el ciberespacio, «viajamos» a un lugar diferente en el que nuestras emociones y percepciones se transforman. Muchos no se dan cuenta. Están sentados en el sofá de su casa y cuando están online nada cambia. En su mente no se fueron a ningún lugar, pero las condiciones son diferentes a las de la vida real. Por eso nuestros instintos nos fallan en el ciberespacio».

Otros psicólogos como Patricia Wallace (The Psychology of the Internet, 1999) o John Suler (The Psychology of Cyberspace, 2001 y 2004) llevan años investigando este fenómeno, al igual que Aiken. Y estos son algunos de los efectos que han observado.

1. «Puedo ser quien quiera ser» (desinhibición online)

En Internet nos ponemos el traje de superhéroes y nos desinhibimos, alentados por la sensación de anonimato. «Este efecto es muy interesante porque hace que la gente haga cosas en el mundo cibernético que no haría en el mudo real», le contó Aiken a la BBC. Los seres humanos somos menos amables en Internet que en persona, y más proclives a ofender a los demás. Una de las razones es la invisibilidad que nos proporciona Internet, la ilusión del anonimato.

2. «No me conoces» (anonimato disociativo)

¿Conocés realmente a las personas con las que interactuás en internet? La mayoría de las personas en Internet no saben quién sos. Cuando tenemos la posibilidad de separar nuestras acciones del mundo real y de nuestra identidad, nos sentimos menos vulnerables a la hora de abrirnos a los demás. Y este efecto tiene como consecuencia otros efectos, como el de la reunión online.

«En un estado mental menos inhibido, las personas con ideas afines se encuentran más fácilmente», explica Aiken. «Si sos una niña de 13 años con un problema alimenticio, ¿cuáles eran las probabilidades de que conocieras a alguien con una condición similar antes de Internet? Ahora con dos clics podés encontrar a personas afines».

3. «No puedes verme» (invisibilidad)

Internet nos otorga el poder de la invisibilidad, por eso somos más abiertos a la hora de compartir nuestras cosas con los demás. La oportunidad de ser invisible amplifica el efecto desinhibidor. No tenés que preocuparte sobre cómo te ves o cómo sonás cuando decís (tecláas) algo y podés evitar el contacto visual.

Otra de las consecuencias de esta invisibilidad es lo que Aiken llama «cibersocialización», una forma acelerada de socialización potenciada por las redes sociales y la manera en que nos comunicamos en Internet.

Y también la minimización de la autoridad. «Si la gente no puede verte o a lo que te rodea, no saben si sos el presidente de una empresa o una persona ‘normal’. […] En Internet, la autoridad se minimiza. La gente está mucho más dispuesta a hablar o comportarse mal», explica Suler.

4. «¿Cuánto tiempo ha pasado?» (distorsión del tiempo)

Como en el cuadro surrealista de Dalí, en internet el paso del tiempo es misterioso. «Hacé esto la próxima vez que te conectes a Internet: sacá el reloj de tu pantalla y, de vez en cuando, ponete a prueba para ver si sos capaz de calcular con acierto el paso del tiempo», sugiere Aiken.

Este fenómeno ha sido ampliamente estudiado en los últimos años. En febrero de 2017, un grupo de psicólogos del Centro de Neurociencia Cognitiva y Sistemas Cognitivos de la Universidad de Kent, Reino Unido, publicó un estudio en el que aseguraban que tendemos a subestimar las horas que pasamos en redes sociales como Facebook.

La razón es que Internet modifica nuestro proceso de atención. A esta distorsión del tiempo habría que sumar el asincronismo del universo virtual: la interacción en Internet no ocurre en tiempo real, y no tener que tratar con reacciones inmediatas hace que nos relajemos.

5. «Es sólo un juego» (imaginación disociativa)

Internet no es un juego de niños, pero muchos tienen esa percepción. Suler dice que en Internet nos sentimos como personajes imaginarios que «creamos» y que existen en un espacio diferente, la dimensión digital. «Es un mundo soñado, fuera de las responsabilidades del mundo real. Separamos o disociamos la ficción online de los hechos offline.

La ciberabogada Emily Finch dijo que algunos ven su vida en Internet como una especie de juego con reglas y normas que no se aplican en su vida diaria. «Una vez que apagan la computadora y vuelven a su rutina del día a día, creen que pueden dejar atrás su identidad en el juego», explica Suler. «¿Por qué deberían ser responsables de lo que ocurre en ese mundo de ficción que no tiene nada que ver con la realidad?».

Fuente: infobae

¿Es posible modificar nuestra capacidad de concentración por medio de la alimentación? Por supuesto que sí. ¿Quién no ha experimentado que después de una comida rica en carbohidratos como, por ejemplo, una pizza margarita o un gran bolón de verde nos sobreviene el deseo irresistible de tomar una siesta o simplemente se nos dificulta volver a retomar nuestros asuntos pendientes? Esto se debe a que existen niveles de azúcar ideales para el funcionamiento de nuestro organismo; si se desbordan, tenemos dificultades de concentración, y si, por el contrario, no tenemos suficiente glucosa en nuestro organismo, podemos sentirnos muy débiles y llegar inclusive a desmayarnos.

Conociendo que cada vez que comemos carbohidratos se forma glucosa (azúcar) en la sangre, concluimos que a nuestro poder de concentración mental le afectan tanto los niveles altos como los muy bajos de glucosa. Ahora, ¿se requiere ser un experto en nutrición para darle al cerebro las condiciones óptimas para su desempeño? Sí y no.

Sí se requiere tener conocimiento sobre las cargas glicémicas de los alimentos, es decir, cuánta glucosa aporta la ingesta de cada uno de ellos, pero existen en el mercado herramientas que nos pueden ayudar a controlar más fácilmente nuestra alimentación; yo, personalmente, pensando en las dificultades de mis clientes, concebí una aplicación llamada DIETA ZONA EJECUTIVA, la cual, por medio de tutoriales y recetas fáciles, explica cómo mantenerse en la zona de seguridad para bajar de peso o sencillamente para estar activo, enfocado y saludable todo el tiempo.

No olvidemos también que existen suplementos alimenticios que ayudan a que nuestro cerebro no se quede nunca sin su gasolina mental; por supuesto que estoy hablando del famoso omega 3, que no es más que el aceite de pescado que nuestros abuelos tomaban. Contiene EPA y DHA, moléculas que el cerebro requiere para generar pensamientos. Para que el omega 3 cumpla sus funciones adecuadamente, tenemos que considerar dos factores principales:

  1. Dosificación: se necesita altas dosis de aceite de pescado para poder ver el efecto deseado, y para eso tenemos que recurrir a un especialista.
  2. Tenemos que encontrar en el mercado un omega 3 grado médico, completamente libre de todos los contaminantes cancerígenos del mar. Podemos verificar las mejores marcas en la página de Canadá: www.ifosprogram.com

 

Otro tip importante es consumir snacks cada media mañana y media tarde, justamente para mantener el nivel de glucosa constante en el organismo. Deben estar compuestos por proteínas bajas en grasa (por ejemplo, jamones con semáforo en verde en grasa), carbohidratos buenos (frutas o avena) y grasas buenas, como las nueces y las almendras. Si nos sentimos cansados, ellos serán capaces de devolvernos alta energía y concentración mental.

 

Fuente: Martha Ríos. Nutricionista. Revista Mariela. Edición 100.

La estrella de Hollywood Brad Pitt, de 53 años, padece desde hace algunos años prosopagnosia, una enfermedad rara que le impide reconocer los rostros. Esta incapacidad visual es la consecuencia directa de una lesión en el cerebro. Según manifestó el propio actor en una entrevista para la revista Esquire en 2013, en su caso podría deberse a la gran cantidad de drogas que consumió durante una dura etapa de su vida.

Pitt, últimamente en el centro de atención por su separación de la actriz Angelina Jolie, hizo referencia tiempo atrás a su dificultad para recordar el rostro de las personas o de reconocerlas. «Hay muchas personas que me odian porque creen que les falto al respeto», lamentó entonces.

«Hubo un año en el que simplemente dije: ‘Este año voy a decirle a la gente, está bien, ¿dónde nos conocimos?’. Pero todo empeoró. Las personas se ofendían aún más… Entienden que eres un ególatra. Pero es un misterio para mí, simplemente no puedo recordar un rostro», se sinceró el protagonista de películas como Seven y El club de la pelea.

La persona que, como Brad Pitt, padece prosopagnosia puede reconocer las diferentes partes de la cara, pero no puede identificar de quién se trata. En los casos más graves, el afectado puede no reconocerse a sí mismo en un espejo o en una fotografía.

El término agnosia hace referencia a «ausencia de reconocimiento». Se trata de la incapacidad para llevar a cabo una identificación integral. La persona no puede reconocer los objetos que se le presentan en el campo visual. Por ejemplo, no son capaces de decir que es una mesa, pero relatan que están viendo un tablón de madera que se sustenta sobre cuatro palos.

Para todo el mundo es una odisea saber que ocurre durante el tiempo el cual una persona se encuentra en coma, y es algo que la ciencia en la que la ciencia un no alcanza a comprender totalmente, por los extraños casos que se presentan, algunas personas pueden demorar años en despertar mientras que otros lo hacen de manera espontaneas en un corto plazo o incluso revertirse a voluntad mediante fármaco, ¿pero qué ocurre durante ese tiempo?

Estudios realizados recientemente indican que los pacientes en coma se llegan a reorganizar de forma drástica las diferentes redes neuronales del cerebro, esto es gran avance para la ciencia ya que ayudaría a entender como funcina el estado de conciencia-inconciencia, realizando una comparación con un paciente sano.

Como bien comenta Sophie Achard, coautora del estudio y estadista en el Centro Nacional Francés de Investigación Científica (en Grenoble).

“LA CONCIENCIA PUEDE DEPENDER DE LA LOCALIZACIÓN ANATÓMICA DE ESTOS CENTROS OSCURECIDOS EN LA RED DEL CEREBRO HUMANO”

Por otro lado, Olaf Sporns, neurocientífico de la Universidad de Indiana, aunque no participó en el estudio opina:

“ESTO NOS DA UNA IDEA DE LO QUE PUEDE SER DISTINTO ENTRE LAS PERSONAS SANAS Y LAS PERSONAS CON PÉRDIDA DE CONCIENCIA. LOS PATRONES DE TRÁFICO NEURONAL SE HAN REORGANIZADO TOTALMENTE, Y PUEDE SER QUE ESTE DESVÍO DE LOS PATRONES DEL TRÁFICO SEA SUBYACENTE A LA PÉRDIDA DE LA CONCIENCIA”

Para poder comparar a los pacientes, Achard y sus colegas usaron imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI), escaneando el cerebro de 17 pacientes en coma tras varios días después de un paro cardíaco, y comparándolos con 20 voluntarios sanos en reposo. Algunos de los que habían estado sin oxígeno cerebral durante 30-40 minutos, se recuperaron, pero más de la mitad murieron.

Durante el estudio, se examinaron hasta 417 regiones cerebrales diferentes para detectar el flujo sanguíneo (un buen marcador de actividad cerebral, relacionado con aumento o disminución de la actividad). En los pacientes sanos, entorno a unas 40 regiones se iluminaban simultáneamente con muchas otras partes del cerebro, eran los centros de “alto tráfico”, que procesan gran parte de la información cerebral. Pero, en lo pacientes en coma, muchos de estos centros estaban oscuros, y se iluminaban algunas zonas periféricas en su lugar. Concretamente, en una zona llamada precuneus (muy importante en la conciencia y la memoria), había menos centros activos.

Como conclusión para un futuro, esta investigación puede tener gran importancia en medicina, determinando que pacientes en coma pueden recuperarse, según la base de actividad en determinadas zonas cerebrales, y cuáles no. Incluso se podrían descubrir nuevos métodos de neuroestimulación para pacientes en coma, dando lugar a una mejora de los resultados y a una posible recuperación.

Sin embargo luego de que el paciente pueden despertar con alteraciones psicológicas como los siguientes casos.

El hombre que pensaba que era Matthew McConaughey

Rory Curti de 25 años sufrió un terrible accidente que lo dejó en coma; después de seis días despertó hablando francés y creyendo que era el actor Matthew McConaughey. Por lo tanto, lo único que quería era salir del hospital e ir a filmar películas.

El ex futbolista sufrió una grave lesión cerebral cuando su coche se volcó. Luego de una recuperación milagrosa se le permitió regresar a casa sólo dos meses después del accidente. Lo curioso es que hasta el día de hoy conserva su capacidad de hablar un perfecto francés.

Una chica que olvida a su novio cada semana

Todo empezó cuando Jenny se desplomó en el trabajo, su jefe llamó a una ambulancia y terminó en coma durante unos días. Pronto le diagnosticaron Trastorno neurológico funcional y desde entonces empezó a perder la memoria.

Debido a su mal estado de salud, los jóvenes enamorados crearon un álbum especial lleno de fotos y recuerdos de su relación que ha durado tres años. Así que cada vez que se produce la pérdida de memoria, Stuart le muestra el libro de recuerdos atesorados, con la esperanza de que recuerde su romance. Ella aprendió a lidiar con la condición y su historia ha ayudado a otros que están en una situación similar

Niña que adquiere malos hábitos.

Después de estar cinco días en coma una niña china de 3 años, despertó con los hábitos de una persona adulta, lo malo era que los hábitos recién adquiridos no eran buenos, sobre todo para una niña de 3 años.

Ya Wen, era una niña normal antes de ser golpeada por una camioneta que iba a exceso de velocidad. Después que ella despertó del coma, ya no era la misma niña. Su madre aseguró que la personalidad de la pequeña había cambiado significativamente, pues empezó a robar cigarrillos y beber hasta tres vasos de cerveza a la vez.

 

Fuente:EresCurioso