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Los norteamericanos, que son muy de hacer listas, también las hacen de dietas. En ellas, ordenan religiosamente las que les parecen mejores o peores. Y, además, sirven de marcador de tendencias para el resto del universo conocido. Pues bien, en las últimas clasificaciones cotiza al alza la dieta TLC, solo superada por la DASH, que ya es una clásica. ¿En qué consiste esta dieta que se llama igual que un grupo de música negra de los 90?

Las siglas TLC corresponden a Therapeutic Lifestyle Changes (Cambios terapéuticos de estilo de vida), lo que da una idea de por donde van los tiros. Es una dieta queapuesta por introducir cambios en la dieta para conseguir rebajar el colesterol y bajar de peso. Todo ello sin pasar hambre. Aunque el plan incluye actividad física, lo más importante (y relevante) es hacer elecciones inteligentes en cuanto a la planificación de comidas.

Vegetales | Vegetales

Seguramente os estaréis preguntado que si se pasa hambre… Pues lo cierto es que no: la clave es consumir, sobre todo, productos vegetales y proteína animal baja en grasa. La dieta TLC incluye dos o cuatro miniporciones de fruta al día, de tres a cinco de verduras o legumbres, seis o más de arroz u otros hidratos integrales. Además, entre dos y tres de leche desnatada. La carne magra o de ave o el pescado se reduce a menos de cinco porciones diarias, cada una del tamaño de un par de huevos sin romper. Finalmente, el aporte de aceites o grasas sin saturar va en relación a las necesidades calóricas de cada uno. En cuanto al postre, solo se permite gelatina y cositas así… Por supuesto, quedan fuera alimentos como el queso, la mantequilla, la carne roja o la leche entera. También se recomienda rebajar la sal a menos de una cucharadita pequeña al día.

Alimentos saludables para tu dieta | Pixabay

No faltan los expertos que señalan que se trata de una dieta similar a la mediterránea. Lo cierto es que no resulta excesivamente complicada de seguir y se basa, sobre todo, en adoptar unos hábitos de alimentación saludables. Al mismo tiempo, es evidente que no hay una gran restricción calórica, lo que anima a seguirla. Un ejemplo de menú para un día completo podría ser el siguiente:

Desayuno

– Media taza de avena con un vaso de leche desnatada, una cucharilla de azúcar moreno y un plátano.

– Una taza de café con leche desnatada.

Almuerzo

– Sándwich con pan integral, 60 gramos de pavo, una cucharada de mayonesa, leche y tomate.

– Una taza de crudités de zanahoria.

– Una manzana.

Entre comidas

– Un yogur desnatado.

– Medua taza de pasas y cacahuetes naturales.

Cena

– 100 gramos de salmón ahumado o cocinado.

– Una taza de arroz integral.

– Una taza de brócoli al vapor.

– Una cucharada de aceite de oliva virgen extra.

– Ensalada hecha a partir de lechuga romana, tomate, pepino y una cucharada de vinagreta.

– Una rebanada de pan integral con una cucharadita de margarina.

Fuente: Cocinatis