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Parece que nadie está de exento de padecer un resfrío por lo menos una vez al año. De hecho, los especialistas señalan que la prevalencia en niños es de 6 a 10 veces en cada lapso de doce meses y en los adultos de hasta 2 a 4 en promedio. Un mal que no tiene época, pero que se repite más a medida que se alejan los días de calor y se acerca el invierno, como consecuencia del hacinamiento y la menor ventilación de los ambientes cerrados.

El resfriado común o nasofaringitis aguda se define como un cuadro de origen viral caracterizado por congestión nasal, estornudos, rinorrea (mucosa), tos y dolor de garganta, algunas veces acompañado por fiebre leve, decaimiento, dolor de cabeza y dolores articulares.

A diferencia de la gripe que se produce por el influenza, son muchos -hasta 200- los virus que producen los resfriados. Y aunque los síntomas de ambas patologías pueden confundirse, son mucho más severos en el caso de la gripe. De todos modos, el resfrío puede complicarse con otra infección de etiología bacteriana como sinusitis, bronquitis y otitis, entre otras.

El método de prevención más efectivo es prescindir del contacto físico. Los virus del resfrío lo diseminan aquellas personas resfriadas a través de las secreciones que dispersan al toser o estornudar. Estas secreciones pueden transmitirse en forma directa o por medio de los objetos donde se depositó el virus.

La doctora Jimena Tato, profesora de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral y médica especialista en Otorrinolaringología del Hospital Universitario Austral, brindó los mejores tips para no contagiarse y evitar propagar la infección.

– Lavado regular de las manos con agua y jabón

– No tocarse la boca o la nariz sin el lavado previo de las manos

– Alejarse de las personas enfermas de resfrío

– Ventilar los ambientes a diario

– En caso de resfriado, quedarse en la casa en reposo

– Evitar el contacto con otras personas

– Alejarse para toser o estornudar

– Usar pañuelo descartable

– Cubrirse la boca y la nariz al toser y estornudar con la manga o con pañuelo el descartable que se debe desechar inmediatamente

– Lavarse las manos después de toser o estornudar

– Desinfectar las superficies y objetos con los que se esté en contacto permanentemente

– Ventilar los ambientes de la casa

Fuente: Infobae

acuario

Un equipo de infectología del Hospital Henry Ford de EE.UU determinó que es muy frecuente una infección tras la exposición al agua contaminada de los estanques, peceras o acuarios hogareños.  El estudio fue presentado en la reunión anual de la Sociedad de Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos, en San Francisco.

Los investigadores, coordinados por el infectólogo George Alangaden, afirmaron que «el diagnóstico y los tratamientos de la infección por Mycobacterium marinum es difícil, debido a que las lesiones de la piel no aparecen sino hasta pasadas dos a cuatro semanas tras el contagio».

Y esto, lógicamente, conlleva un retraso en el tratamiento correcto y hasta un uso innecesario, e ineficaz, de los agentes antifúngicos y antibacterianos equivocados.

Esta infección suele darse cuando las bacterias que crecen en el agua sin cloro, infectan alguna herida abierta, corte o lastimadura de la piel en el brazo o la mano.

Fuente: Neomundo.com.ar