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Hay un debate encendido sobre la importancia del desayuno para el control del peso. En un lado están quienes creen que comer bien en la mañana previene la obesidad y que hay mucho más que una simple asociación entre ambos factores. Pero a ellos se oponen quienes creen que el desayuno es una comida como cualquier otra y no tiene impacto en el aumento de peso. El estudio más reciente en el tema, realizado por investigadores de la Universidad de Loma Linda, en Estados Unidos, se inclina a favor de la primera hipótesis.

En la investigación participaron 50.000 adultos adventistas durante 7 años. Los expertos concluyeron, tras analizar sus hábitos durante ese lapso, que presentaron menor propensión a ganar peso con el tiempo quienes tomaban un buen desayuno, comían luego un almuerzo más pequeño y terminaban el día con una cena ligera o sin comer. Según Hana Kahleova, autora principal del trabajo, esa conclusión revive el viejo dicho de que hay que desayunar como rey, almorzar como príncipe y cenar como mendigo

 

Fuente: Semana.com

Algo falla en tus tostadas

La idea de que las tostadas son un desayuno de lo más sano y dietético puede no ser del todo cierta en algunos casos. Si te las haces con pan blanco, mantequilla o margarina y mermelada normal, estás estropeando lo que podría ser un desayuno fit.

Para empezar, lo más adecuado es elegir un pan integral que siempre resulta más ligero y digestivo. En segundo lugar, la mantequilla o margarina contienen muchas grasas que no van ayudarte a adelgazar. Sustitúyelas por un chorrito de aceite de oliva, ya que te aportará grasa de la buena.

En el caso de que decidas seguir adelante con tu mantequilla o margarina, ponle una mermelada sin azúcar. De esta forma, estarás quitándole calorías a tu tostada sin renunciar al aporte de fruta. Elige siempre los tipos de mermelada que estén elaborados con la mayor cantidad de fruta.

Cuestión de huevos

No, nos referimos al valor que hay que tener para ponerse a dieta… que también. En este caso estamos señañando directamente a ese ingrediente estrella que nos ceden las gallinas y que tanto juego da en los desayunos. Habrás visto que los culturistas son unos grandes aficionados a hacerse tortillas e incluirlas en su primera comida.

Sin embargo, hacerte una tortilla e incluir un par de yemas en ella puede que esté estropeando tu dieta. Es esa parte del huevo la que incluye las grasas, por lo que puede que tu tortilla o revuelto mañanero no sea tan sano.

Mientras que la clara no tiene nada de grasas, un huevo completo con su yema puede contener más de 7 gramos. Por cierto, lo de lo de comértelos fritos con bacon también es trampa.

Los cereales pueden ser tu peor enemigo

Mucho cuidado con los cereales. Gran parte de los que se comercializan contienen importantes cantidades de azúcares que hacen su sabor mucho más atractivo, sobre todo para los niños. Chocolate, azúcar o miel son algunos de los ingredientes más comunes que podemos encontrar en este producto de desayuno, dependiendo de la marca y del tipo.

Incluso determinados cereales fabricados para un supuesto uso dietético pueden tener trampa. A pesar de que se vendan como integrales, siguen teniendo azúcares y ya sabes lo que eso, en exceso, conlleva en una dieta.

Puedes optar por los copos de avena integrales, que no llevan absolutamente nada y que junto con la leche desnatada sin lactosa y el cacao desgrasado y sin azúcar pueden ser la mejor opción para tu desayuno. Otra opción es tomar la avena añadiéndole fruta y yogur o bien con zumo.

Que no te den galleta por liebre

Las galletas son otro de esos productos muy frecuentes en los desayunos y que pueden estar haciendo mucha pupita. Han sido reinventadas en muchas ocasiones. Sin embargo, aunque se presenten como integrales y se disfracen de chicas fit, muchas de ellas siguen siendo una auténtica trampa que continúan teniendo muchos azúcares y grasas (de las malas). Desayunar galletas no es sano, pero si se te ocurre hacerlo, estate atento: las que son sin azúcar suelen contener grasas y las que no tienen grasa es posible que lleven azúcar.

En definitiva, no se trata que huyas despavorido de las grasas como si estuvieses viendo a un ex novio. Estas, siempre que sean buenas son necesarias. La fruta, por ejemplo, contiene azúcares que son necesarios para tu cuerpo. No tengas miedo a estos nutrientes siempre que sean de confianza y, eso sí, sin excederte. La clave, como siempre, está en una dieta variada y equilibrada.

 

Fuente: Correr y Fitness