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«No está demostrado que la hora de la ingesta influya. Hay que tener en cuenta que la fruta en principio no engorda, porque aunque es verdad que todo alimento tiene un valor calórico, siempre dependería de las cantidades. Hay que entender que la gordura es un exceso de grasa, por lo tanto lo que nos engorda son alimentos con grasa y no la fruta que son hidratos de carbono. Da igual la hora a la que se consuma», asegura el Doctor Miguel Ángel Rubio Herrera, Jefe de la Sección de Endocrinología del Hospital Clínico San Carlos.

De que engordemos o no depende de la cantidad de fruta que consumamos, pues no parece probado que la fructosa se convierta en grasa. Ni siquiera en los zumos. El problema de estos radicaría en que, en primer lugar, necesitamos varias piezas para hacerlo y, después, que la forma de absorción la fructosa en líquido es más rápida y no aporta fibra, aunque hay que decir que no se pierden vitaminas como dicen, explica el Dr. Rubio.

Otro asunto sería añadir azúcar al líquido exprimido, con lo que estaríamos hablando de un refresco. En estos casos la fructosa sí se convierte en grasa, con el consiguiente aumento de calorías.

Por otro lado, si decidimos tomar la fruta antes de cada comida puede ser saciante, lo que colaboraría a una ingesta más moderada.

Antes o después, lo importante es controlar las cantidades y hacer un consumo ordenado.

«Yo aconsejo tomar tres o cuatro piezas al día. No creo que realmente el problema esté en la fruta, sino en el resto de los alimentos que tomamos en verano: que si el tinto de verano, la ensaladilla rusa y luego la sandía o el melocotón. Claro, luego le echamos la culpa al melocotón«, asegura el experto.

Están permitidas todas las frutas, incluidas las fresas, ciruelas o plátanos que tienen más calorías que el melón o la sandía, aunque haya gente que sienta más sensación de estar llena con las que más agua contienen. De hecho puede ser más sano un gazpacho de sandía que el clásico.

Si además realizamos deporte, la fruta debería ser un alimento imprescindible en nuestra dieta, independientemente del momento. Los runners que preparen una pieza al menos para después del ejercicio. «Esa fructosa que contiene la fruta no solo no engorda sino que es muy recomendable para los deportistas después de correr. Es perfecto para reponer el glucógeno hepático y muscular que se ha perdido durante la carrera», aconseja el médico que además se mastique bien.

Forma parte de la dieta mediterránea y es muy sana, pero eso sí, siempre en su justa medida pues el endocrino advierte: «las dietas que recomiendan consumir únicamente fruta y que se hace más de dos días da debilidad, porque no tiene proteínas, y si se hace durante un tiempo prolongado puede producir muerte súbita por arritmia«.

Fruta sí, antes, durante o después de las comidas también. Lo esencial es llevar un control del aporte calórico de todas las comidas del día y no pasarnos.

Fuente: Correr y Fitness

Como ya hemos hablado en otras ocasiones, una buena nutrición que equilibre en cada una de las comidas las cantidades necesarias de macro nutrientes, permitirá mantener tus niveles de glucosa en sangre estables. Se evitan esos picos de bajada/ subida de azúcar que provocan esa necesidad de dulces o snacks entre horas.

Esto se acentúa si además sueles comer fuera de casa, o viajas por trabajo frecuentemente.

Aquí te dejo 5 pequeños trucos para calmar el apetito entre horas. Son estrategias sencillas que te ayudarán a mantener el control y evitar la ansiedad por comer.

No esperes a tener hambre para comer ni sed para beber

Esperar a tener hambre para comer solo conducirá a que te lleves a la boca casi lo primero que pilles con esa necesidad de calmar el hambre. Por ello, lo recomendable es que comas un pequeño tentempié a las tres horas después de la comida principal. Así controlarás mejor el apetito y además mantendrás al metabolismo activo durante más tiempo.

Por otro lado, evitarás esa ansiedad de comer deprisa, es probable que dediques más tiempo a masticar y comer lentamente.

Añade especias, vinagre a tus ensaladas y comidas y canela al café y té

El vinagre ayuda a mantener estable el azúcar en sangre, evitando así como hemos dicho, esas bajadas de azúcar. Recuerda la importancia de mantener estable el nivel de glucosa en sangre.

¿Has probado a añadir especias para dar sabor a tus comidas y ensaladas en lugar de azúcares? Busca opciones que hagan las comidas más sabrosas y apetecibles, especies como la pimienta, el eneldo, perejil, ajo en polvo. Por otro lado, el vinagre ayuda a reducir el índice glucémico bajo, da sabor a muchas de las comidas y tiene pocas calorías. (Ojo, el de Módena suele contener azúcares, opta por el de manzana o de jerez).

Para los dulces, tés o el café prueba a añadir un poquito de canela en vez de azúcar. La canela además de ser un potente afrodisíaco también se ha demostrado que retarda la velocidad en la que el alimento se metaboliza, teniendo la sensación de estar saciado.

Snacks saludables en puntos clave de la cocina

Trata de tener snacks saludables en aquellos lugares a los que sueles acudir a por todo lo contrario. Sustituye las galletas de chocolate por frutos secos o frutas deshidratadas; coloca en la nevera, en la balda de en medio y/o en la puerta, palitos de zanahoria, frutas, botella de agua con rodajas de limón.

De esta manera, cuando instintivamente acudas a por un dulce, tendrás una opción menos calórica y más sana.

Por otro lado, cada vez irás eliminando aquellos productos de alto contenido en azúcar, altamente procesados y/o con grasas saturadas.

El poder del agua

Lo hemos escuchado y leído muchísimas veces, pero seguimos optando por refrescos y zumos con alto contenido de azúcares añadidos como opción entre horas en lugar de agua. Piensa por un momento las calorías vacías de los refrescos, bebidas carbonatadas que provocan además hinchazón, y zumos frente a las cero calorías del agua.

Lleva una botellita pequeña siempre contigo, beberás más agua y te mantendrá saciado e hidratado. Es fácil.

Comer lentamente

Si te gusta comer, dedica el tiempo necesario en degustar los alimentos y masticarlos bien. Parece una tontería, pero te sacias antes y comes lo necesario, no más.

Te aseguro que siguiendo estos sencillos pasos conseguirás mantener una nutrición más sana, perderás peso y te mantendrás saciado durante más tiempo.

Fuente: Correr y Fitness

A la hora de cuidar nuestra alimentación, uno de los momentos más delicados es el de las meriendas o las comidas entre horas. Son las comidas que menos planificadas tenemos y en las que más solemos elegir opciones menos saludables, entre otras cosas, porque la oferta de snacks poco sanos es muy grande y está muy a mano, solo hay que echar un vistazo a las máquinas de vending que encontramos en las oficinas, en las calles o en lugares públicos como estaciones de metro o tren (e incluso en otros lugares más sorprendentes como hospitales).

Si te asalta el hambre entre horas y quieres mantener una ingesta saludable, te damos las claves y algunos tips para que lo consigas de forma fácil.
¿Es obligatorio comer cinco veces al día?

A pesar de que es una creencia muy extendida, no es obligatorio hacer una comida de media mañana y una merienda para mantener una dieta saludable o para bajar de peso. Depende mucho de la situación de cada persona, de cómo es su día a día y de las ingestas que haga previa y posteriormente.

A muchas personas les va fenomenal comer algo entre horas para mantener el hambre a raya o para no llegar con un hambre desmedido a la siguiente comida. Si este es tu caso, sigue haciéndolo así, siempre que como snack optes por alimentos saludables.

Si no tienes posibilidad de hacer una comida de media mañana o de media tarde (porque estés en clase o porque estés en tu puesto de trabajo, por ejemplo) o simplemente no tienes hambre hasta la comida principal, no hay ningún problema con que hagas solo tres comidas diarias. Podéis encontrar más información sobre este tema en blogs como el de Fitness Real (Víctor, su autor, es dietista), pero la premisa es clara: una mayor frecuencia de comidas sí tiene un impacto en la saciedad, pero no en la composición corporal.

Si comes entre horas, come bien

Dicho esto, lo más importante es que hagas elecciones inteligentes a la hora de comer entre horas, ya sea en la merienda o en la media mañana. Podemos comenzar por analizar por qué tenemos hambre entre horas: en nuestra sociedad suele ser porque nos levantamos temprano, hacemos un desayuno un tanto cuestionable -muchas veces solo un café, cuando realmente tenemos hambre, pero no nos da tiempo a nada más- y comemos bastante tarde; y ocurre lo mismo con el intervalo comida-cena.

El siguiente paso puede ser ver si realmente tenemos hambre o si solamente es el gusanillo o algún tipo de antojo: en definitiva, diferenciar si se trata de hambre real o de hambre emocional.

Si sabemos que a media mañana o a media tarde vamos a tener hambre, la mejor opción es planificarlo desde antes para tener a nuestra disposición opciones saludables con las que podamos saciarnos. Snacks sanos que podemos llevar en el bolso o en la mochila y que no son muy molestos a la hora de comer (si estamos en una oficina, por ejemplo) pueden ser los siguientes:

Hay muchas opciones saludables, esto solo son unos ejemplos. Pero como podéis ver, la clave es la planificación: si sé que a media mañana o a media tarde voy a tener hambre, antes de pasar por la máquina de vending y acabar picando una barrita dietética (bien cargada de azúcares en su mayoría) o un refresco azucarado, es mejor opción llevar algo preparado de casa.

 

Fuente: Trendencias