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En Finlandia, país con uno de los mejores sistemas educativos del mundo, están implementando un programa que ha reducido en un ochenta por ciento el acoso escolar.

A pesar de sus logros en el tema educación, los finlandeses no sabían cómo enfrentar el bullying, hasta que encontraron la fórmula: el método KiVa, que ha sido aplicado en el noventa por ciento de las escuelas de educación básica, y, debido a su éxito, se ha convertido en una herramienta que ha llamado la atención internacional.

Este término surge de la unión de las palabras “Kiusaamista Vastaan”, que quiere decir: contra el acoso escolar. Consiste en no centrarse en la confrontación entre víctima y acosador ni intentar que la víctima sea más extravertida ni tratar de cambiar al acosador. Se basa, más bien, en la actuación sobre los alumnos testigos, aquellos compañeritos alrededor, infaltables a la hora de reírse de los demás. Se trata de influir en dichos espectadores para que no participen indirectamente del acoso. El acosador necesita de reconocimiento para proseguir con el bullying, pero si ya no tiene público sentirá que lo que hace no le aporta ningún beneficio.

¿Cómo es implementado el método KiVa?

A los estudiantes de 7, 10 y 13 años, mediante alrededor de veinte clases, se les muestra cómo identificar las diferentes formas de bullying. De este modo, van tomando consciencia a partir de estas edades clave en su desarrollo.

A través de temarios y trabajos, se les enseña valores, como la empatía y el respeto por los demás. Se apoyan también en charlas, videojuegos, manuales para el profesorado, vigilancia en el recreo, largometrajes e incluso un buzón virtual para denunciar si son testigos o víctimas de acoso escolar.

Además, en la escuela existe un equipo KiVa, integrado por tres adultos que detectan e investigan los casos de acoso escolar. Primero, determinan si el acoso es puntual o continuado. Después, hablan con la víctima para tranquilizarla. Posteriormente, se reúnen con los acosadores, para sensibilizarlos, y con los testigos, piedra angular del programa.

 

Fuente: Revista Mariela