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En el período de la premenopausia el cuerpo de la mujer empieza a producir menos hormonas de estrógeno, el descenso de estas son las responsables de la mayoría de los cambios que se dan durante este período hasta llegar a la menopausia que se define por la ausencia total de períodos por un año continuo.

El tiempo durante el cual empiezan a producirse cambios como interrupciones de los períodos, calores, cansancio, resequedad de la piel, de la mucosa de la vagina pueden empezar 5 años antes de llegar a la menopausia, usualmente se presenta este estado entre los 45 y 55 años.

Uno de los mayores temores es que durante este período se pierda el brillo de la piel, del cabello, del placer durante el acto sexual por falta de lubricación, el aumento de colesterol con el riesgo cardíaco que representa, la facilidad para acumular grasa por ralentización del metabolismo, la pérdida de masa ósea

Destaco este punto para recordar que si nos acercamos a una edad donde los niveles de estrógeno empiezan a bajar debemos empezar a aumentar los consumos de alimentos ricos en antioxidantes como los vegetales y las frutas. El estrógeno activa rutas de señalización en las células grasas, regula el metabolismo de este tejido controlando su crecimiento y su proliferación.

Si los niveles de estrógeno son óptimos La leptina estará en su mejor nivel y esta es una hormona producida por el tejido graso que controla el apetito. La ciencia nos demostró que en la premenopausia los niveles de leptina se correlacionan con los niveles de estrógeno. Si tenemos buenos niveles de leptina significa que será más fácil controlar el hambre.

Cuando la mujer llega a la menopausia y desarrolla obesidad ya no hay correlación entre estrógeno y leptina.

Aprendamos entonces a considerar la alimentación como una herramienta para mantener la salud, la energía y el peso forma durante todas las etapas de nuestra vida, si no lo hemos hecho todavía comuniquémosle a los profesionales de la nutrición para que nos ayuden a entender la magia de la nutrigenómica en donde se utilizan los alimentos para mantener en equilibrio el sistema hormonal garantizando de esa forma todas las funciones del organismo.

 

Pero, ¿que nos dice la ciencia al respecto que podamos usar a nuestro favor? Los estrógenos son parte de los sistemas de señalización del cerebro. Cuando hace falta el cerebro puede producirlo a partir del colesterol. Necesitamos suficientes receptores de estrógenos para que este cumpla su papel y estos receptores han sido identificados tanto en las neuronas como en las células del sistema nervioso.

También se han localizado estos receptores en las mitocondrias que es donde se lleva a cabo la conversión de lo que comemos en energía. Dejando clara evidencia de que los estrógenos intervienen en la regulación bioenergética de nuestras células.

El estrógeno incrementa la producción de enzimas antioxidantes y recordemos que el efecto antioxidantes es el protector antienvejecimiento.

Fuente: Revista Mariela