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Todo deporte tiene su encanto pero la natación es diferente a cualquier otra actividad aeróbica en muchos aspectos. «En principio el hecho de estar sumergido en el agua significa que tus huesos y músculos están por fuera del alcance de la gravedad», aseguró Hirofumi Tanaka profesor de kinesiología y Director del Laboratorio de la Universidad de Texas especializada en la investigación cardiovascular. Esto hace que natación sea el ejercicio ideal para personas con osteoartritis, cuyos pacientes no pueden realizar ejercicio con pesas porque puede ser extremadamente doloroso.

De acuerdo a la investigación de Tanaka acerca de las personas con esa condición, nadar disminuye la rigidez de las arterias, un factor de riesgo para los problemas de corazón. Este estudio asoció la natación con personas que sufren presión baja con las personas hipertensas. «Lo genial de este deporte es que es tanto para las personas que sufren sobrepeso como para aquellos que odian realizar deportes como atletismo o ir al gimnasio», afirmó.

El cuerpo se ejercita mucho más cuando estamos en la piscina haciendo natación que en tierra firme. El agua es más densa que el aire, por lo que moverse en el agua pone más presión sobre los tobillos que cualquier entrenamiento fuera de ella.

Estudios demostraron que la presión es distribuida de manera uniforme. No se almacena en los tobillos, ni en caderas o en otros lugares como se cree. «Cómo respiramos cuando realizamos natación es otro gran diferenciador», afirmó David Tanner Investigador en la Universidad de Indiana y coeditor del libro educacional de la ciencia de la natación.

Cuando se realiza atletismo o cuando se anda en bicicleta, la respiración tiende a ser forzada. «Es inverso a lo que sucede con la natación», indicó Tanner. «Respiramos rápido, profundo y luego exhalamos», señaló. Debido a que la cabeza se encuentra debajo del agua, estos ajustes de la forma en la que se respira son vitales. «Este tipo de respiración sigue con los alveolos pulmonares», dijo Tanner.

Por otro lado, nadar quema más calorías que otros cardio-ejercicios. No sólo ejercita las piernas sino también la parte superior del cuerpo, sobre todo los músculos de la espalda, tríceps y brazos.

Ejercitarse en una posición horizontal es ideal para el cuerpo, por lo que beneficia enormemente a la espalda. «Tampoco hay un fuerte impacto como lo hay con el atletismo», afirmó Tanner. Eso puede ayudar a mejorar la postura y prevenir las lesiones en la espalda debido al tiempo que transcurrió sin realizar ejercicios.

Pero lo más importante es que es divertido realizar este deporte. «La gente tiende a disfrutar mucho más natación que andar en bici o salir a correr», dijo  Tanaka . Si uno es principiante, Tanner recomienda empezar despacio: «No intenten hacer todo muy rápido, sino enfóquese en aprender la técnica de natación». Se recomienda empezar con clases de 30 minutos tres veces por semana, y no olvidarse de tomar recreos.