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Hace unos meses la cantante y presentadora Dora West anunció que estaba embarazada, esto alborotó las redes sociales con mensajes de felicitaciones hacia la nueva pareja de padres. Al día siguiente Dora junto a Danilo fueron a que se realizara un eco para así saber cuanto tiempo tenía el bebé. Y ahora ya se conoce cual es el sexo del bebé. Un varón esta en camino y esta hermosa pareja lo hace saber a través de su cuenta de instagram.

Felicitamos a los papás por tan ansiada noticia y que Dios bengida su hogar.

 

 

 

Es inevitable pasar por esa “primera vez”. Cuando alguien nos gusta y se acerca el momento, a la gran mayoría nos preocupa causar una buena impresión. Pocas veces ese primer encuentro sexual se parece a lo que acostumbramos a ver en el cine: los nervios y nuestras inseguridades juegan en contra. Lo cierto es que hombres y mujeres manifestamos complejos muy diferentes en la cama. Estos son los más comunes de unos y otras:

Hombres:

1. El temido gatillazo
Aunque creas que sólo te ocurre a ti, la dificultad de mantener la erección es mucho más común de lo que se suele admitir. Cuando no se trata de un problema persistente, sino que está provocado por los nervios o el miedo a no dar la talla, la mujer suele mostrarse comprensiva. Concédete el tiempo necesario para adquirir confianza y sentirte cómodo.

2. Eyaculación precoz
Como antes, no es lo mismo que se trate de un problema reiterativo a que, de manera puntual, seas incapaz de controlar la excitación. Tu mente puede jugártela la primera vez, no te sientas culpable. Procura tener recursos para acabar el encuentro como un caballero

3. El tamaño del miembro
No suele ser tanto el complejo por el tamaño en sí como el miedo a las comparaciones con otros hombres. Puedes estar tranquilo, la mayor parte de nosotras concede la importancia justa a ese aspecto. Tenemos bastante claro que los 20 centímetros son algo excepcional y ni los esperamos ni los buscamos.

4. Insatisfacción de la mujer
Como no hay dos mujeres iguales y no existe una forma de proceder que satisfaga a todas, simplemente intenta hacer lo posible para que ella esté a gusto. Déjate guiar por sus gestos de placer (o de todo lo contrario) y el tiempo y nuevas ocasiones te darán las herramientas para convertirte en un amante perfecto.

Mujeres:

1. Complejos por el peso
Una de los principales miedos de la mujer la primera vez que va a desnudarse delante de él es parecer gorda. Estamos convencidas de que prestarán la misma atención que nosotras a la celulitis o las estrías. Tranquilas, porque buena parte de ellos ni siquiera sabe identificarlas.

2. Pechos pequeños o caídos
En este aspecto las películas X han hecho mucho daño a nuestra confianza y seguridad. Mujer, relájate y olvídate del tamaño; primero, porque no lo vas a poder ocultar, y segundo, porque resulta poco lógico intentar taparte durante un primer encuentro en el que se supone que pretendes conocer y reconocer al contrario.

3. Labios que cuelgan
Otro de esos complejos que dejan al 90% de los hombres en shock. No porque les desagrade, sino porque al enterarse de que algunas mujeres viven acomplejadas con ello, se quedan anonadados. Lo más probable es que ni se fijen y, si lo hacen, no descartes que les dé morbo.

4. Miedo a no alcanzar el orgasmo
Así como algunas mujeres aseguran sentir la preocupación justa por no llegar al orgasmo, para otras supone un auténtico motivo de ansiedad y malestar en las relaciones sexuales. La primera vez se le suma además la ausencia de complicidad por parte de la pareja y la vergüenza de admitir, al otro y a una misma, que esa noche tampoco se le espera.

 

Fuente: El Sextante

El sexo tiene repercusiones positivas en la vida diaria. La ciencia lo demostró en reiteradas ocasiones. Además del placer del momento y su posterior efecto en un mejor ánimo para encarar una rutina diaria que puede resultar tediosa, un estudio reveló que las relaciones íntimas previenen o curan 10 enfermedades diferentes.

Sin embargo, una investigación reciente demostró un aspecto positivo que aún se desconocía. Científicos de la Universidad McGill, Canadá, decidieron indagar en la posible causalidad entre mantener relaciones sexuales regulares y una mayor neurogénesis -o crecimiento del tejido nervioso- en el hipocampo; una de las zonas clave del cerebro.

Para ello, reclutaron a 78 mujeres heterosexuales de entre 18 y 30 años que, en primer lugar, debieron contestar una encuesta vinculada a su comportamiento sexual. Luego, se sometieron a pruebas cognitivas, en las que debían memorizar rostros y palabras sueltas que se les presentaban.

Los resultados, publicados en la revista Archives of Sexual Behavior, demostraron que las relaciones heterosexuales en mujeres adultas jóvenes pueden tener un efecto positivo en la memoria. Los investigadores, después de analizar las pruebas, concluyeron que hubo mayor porcentaje de acierto en las mujeres con más alta frecuencia sexual en el test de las palabras, pero no así en el de las caras.

«Podemos interpretar este resultado como un signo de que la relación entre la frecuencia de la relación sexual y la sensibilidad abstracta de la palabra está realmente asociada con una función de memoria dependiente del hipocampo», escribieron los autores del informe. Sin embargo, sugirieron que la capacidad de retener rostros puede estar dentro de las estructuras circundantes del centro de memoria y, por lo tanto, no afectadas.

A su vez, los investigadores resaltaron que no influyó en los resultados finales el estado de la relación de la mujer. «Las solteras que señalaron una alta frecuencia de sexo demostraron mayores puntuaciones de memoria que aquellas mujeres que declararon no tener relaciones sexuales o tener una baja frecuencia», sostuvieron.

¿Cómo se explica que el sexo promueva una memoria más eficiente?

El equipo de investigación, con la profesora de psicología Jenns Pruessner a la cabeza, brindó tres razones. Por un lado, las relaciones sexuales funcionan como un ejercicio y numerosos estudios demostraron que la actividad física aumenta los niveles cognitivos. Por otro, el sexo suele ayudar a revertir estados depresivos y de estrés, los cuales perjudican a la memoria.

Aunque una de las posibilidades que el estudio enfatiza es la de la función de «recompensa» del sexo. «Los productos químicos implicados en la recompensa de señalización de las hormonas cerebrales y neurotransmisores demostraron estar asociados con la memoria y la actividad sexual. Se puede especular que ambos están asociados con la recompensa», explicó Pruessner.

Fuente: Infobae.com