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No es extraño que a la mayoría de personas les cause incomodidad sudar, mucho más si ese fenómeno natural del cuerpo humano viene acompañado de mal olor. Nueve de cada diez personas –según un estudio de la compañía Rovi– reconocen haber vivido una situación poco agradable con alguien debido a su sudor u olor. Muchos no volverían a salir con una persona si en la primera cita llega sudando u oliendo mal. Lo cierto es que es necesario sudar, pero lo que menos quieres es que esa condición se convierta en un episodio vergonzoso en tu vida.

El sudor está compuesto por agua, principalmente, pero también contiene diferentes proporciones de sales minerales y proteínas. La cantidad de agua perdida variará dependiendo de la actividad física y de la temperatura ambiental. Ahora bien, el sudor se supone que es inodoro, pero ¿por qué se produce el mal olor? El dermatólogo Kleber Ollague Murillo explica que las glándulas ecrinas son las que producen una gran cantidad de “sudor húmedo”, mientras que las glándulas apocrinas son las encargadas de producir una pequeña cantidad de sudor rico en lípidos y proteínas, responsables de la formación de olor corporal desagradable cuando éstas se transforman en bacterias. También, esta condición está íntimamente relacionada con reacciones emocionales como la ansiedad.

Existen otros factores que provocan sudar, como la ropa color oscuro y de material grueso; la existencia de enfermedades como diabetes, alteraciones cardiacas, pulmonares, renales y trastornos psiquiátricos; el consumo de ciertos fármacos, entre ellos, sedantes, anfetaminas y antidepresivos; el alcoholismo agudo o crónico y el tabaquismo crónico.

Fuente: Revista Mariela

Cualquier actividad, en cualquier momento, lleva a algunas personas a sudar abundantemente, al punto de que prefieran evitar situaciones sociales para no sentir vergüenza. El término médico de esta afección es hiperhidrosis, y para encontrar el mejor tratamiento es preciso que el médico revise los síntomas, el historial médico y recomiende ciertos análisis de laboratorio que ayudarán a descubrir si existe una enfermedad subyacente que esté contribuyendo al problema.

Los trastornos que pueden conducir a sudar excesivamente son, entre otros, la diabetes, los problemas de la tiroides, las alteraciones del sistema nervioso y algunos tipos de cáncer. Algunos medicamentos también pueden conducir a sudar en exceso.

Cuando no se descubre una causa clara, el tratamiento se enfoca en controlar mediante antitranspirantes de venta bajo prescripción, ciertos medicamentos que bloquean los nervios y antidepresivos. Las inyecciones de la toxina botulínica, conocida por el nombre comercial de Botox o Myobloc, pueden servir para bloquear los nervios que provocan el sudor.

Un procedimiento llamado iontoforesis también puede ser otra alternativa para disminuir el sudor de manos y pies. Consiste en una descarga de corriente eléctrica de bajo nivel en estas áreas. Cuando la hiperhidrosis no responde a otro tratamiento, la cirugía puede ser una opción adicional. El procedimiento implica la extracción de las glándulas sudoríparas o una operación para desactivar los nervios que controlan el sudor.

 

 

Fuente: Revista Mariela