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Las personas que se mueven con violencia mientras duermen o actúan sus pesadillas sin despertarse pueden tener un riesgo mayor de sufrir demencia o Mal de Parkinson que aquellas que descansan plácidamente. Según una nueva investigación del experto en sueño John Peever, de la Universidad de Toronto, ciertas alteraciones del sueño pueden ser una señal de alerta para algunas enfermedades neurológicas en más del 80% de los casos.

El investigador canadiense y sus colegas hallaron que el trastorno del sueño REM o paradójico (una de las dos fases, caracterizada por movimientos oculares rápidos y un tono muscular reducido) tiene la capacidad de predecir un diagnóstico de estas dolencias. Gritos, llanto, golpes y patadas mientras se sufren pesadillas pueden anunciar un desorden neurológico 15 años antes de que se presenten los síntomas.

«Durante el sueño REM, los músculos esqueléticos están casi paralizados», explicaron en el estudio Breakdown in REM sleep circuitry underlies REM sleep behavior disorder (La falla en el circuito del sueño REM subyace al trastorno del sueño REM). «Sin embargo, en el trastorno de sueño REM, que es un mal neurológico raro, se pierde la atonalidad muscular, lo que lleva a los individuos que lo padecen a actuar sus sueños. Aunque puede sonar como algo inofensivo, no lo es, porque estos pacientes con frecuencia se lesionan o lesionan a la persona con la que duermen».

La razón: esos trastornos del sueño tienen su origen en células deficientes del bulbo raquídeo, que se cree que juegan un papel en la aparición de enfermedades como Parkinson o la Demencia de Cuerpos de Lewy, la tercera causa de demencia después del Mal de Alzheimer y la vascular.

La hipótesis de Peever indica que cuando estas células no funcionar correctamente, también influyen en el desarrollo del Parkinson, la demencia y otros problemas del sistema nervioso y del cerebro que se ven en las personas mayores.

«Por alguna razón las células en la zona del sueño REM son las primeras que se enferman», dijo. «Luego la enfermedad neurodegenerativa se propaga por el cerebro y afecta otras áreas».

Poco se sabe sobre por qué las personas sueñan, pero desde la década de 1960 se conoce al menos que ese tronco inferior del cerebro participa en el sueño REM. Peever y sus colegas descubrieron que existen células responsables del estado del sueño, a las que llamaron neuronas REM-activas, y que se las puede controlar, según experimentaron con ratones. «Cuando encendemos estas células, causan un tránsito rápido al sueño REM», dijo en la conferencia anual de la Asociación Canadiense de Neurociencia, realizada el 29 de mayo en Montreal.

El equipo estudió estas alteraciones en seres humanos y descubrió que «más del 80% de las personas que sufren de trastorno del sueño REM terminan por desarrollar sinucleopatías», que son las enfermedades causadas por la toxicidad cerebral de la proteína alfa-sinucleína.

Los resultados, publicados en el estudio Connecting the dots between dreams and brain disease (Atando cabos entre los sueños y la enfermedad cerebral), advirtieron: «Nuestra investigación sugiere que los trastornos del sueño pueden ser una señal temprana de que estas enfermedades pueden aparecer quince años más tarde».

La importancia del hallazgo radica en su posibilidad de abrir la puerta a una estrategia de protección neuronal. «Del mismo modo que vemos que hay personas con predisposición al cáncer, el diagnóstico de los trastornos del sueño REM nos puede permitir brindarles a los individuos acciones preventivas para que se mantengan saludables mucho antes de que desarrollen estas enfermedades neurológicas muy serias».

Fuente: infobae

La estrecha relación entre el estrés y la privación de sueño es cada vez más evidente en estadísticas. En el mundo, la cantidad de personas que duermen menos de las siete horas recomendadas por noche es alarmante.

El estrés es ampliamente reconocido como la respuesta natural del cuerpo a situaciones potencialmente dañinas, reales o imaginarias. Esas situaciones se materializan en el trabajo, el estudio, la salud y los problemas de la vida cotidiana. Aunque los efectos del estrés varían de persona a persona, las reacciones generales incluyen por ejemplo una respiración acelerada, tensión muscular, presión sanguínea elevada y aumento de la frecuencia cardíaca.

En general esos son los componentes individuales de la respuesta corporal intrínseca de «lucha o huida». Lo que sucede es que muchas personas estresadas tienen problemas para conciliar el sueño porque sienten el peso de estos síntomas con mayor intensidad durante la noche.

El reconocido doctor Andrew Weil, autor de varios best-sellers y famoso gurú medicinal, es un gran defensor de los beneficios y las prácticas de respiración holística para resolver el estrés y la ansiedad. En su sitio web, el doctor Weil señaló: «La respiración influye fuertemente en la fisiología y los procesos de pensamiento, incluyendo los estados de ánimo. Simplemente centrando su atención en la respiración, sin hacer nada para cambiarlo, uno puede moverse en dirección de la relajación».

Debido a que los efectos del estrés incluyen respiraciones rápidas y superficiales que provienen casi exclusivamente de la parte superior del pecho, las personas que están perpetuamente estresadas y ansiosas tienen el hábito perjudicial de la respiración insuficiente. Muchas personas estresadas incluso contienen la respiración subconscientemente. Dicho esto, las prácticas de respiración consciente están notablemente ausentes de la gran mayoría de la medicina occidental. Los más familiarizados con la relación entre la respiración y el cuerpo tienden a ser los practicantes de las metodologías de bienestar orientales.

Cómo hacer el ejercicio

El doctor Weil es un influyente defensor público de una técnica de respiración poco conocida, llamada «ejercicio 4-7-8». Este truco, que comenzó a popularizarse hace varios años. Es sorprendentemente simple, toma apenas un momento y se puede hacer prácticamente en cualquier lugar.

Los seis pasos:

1- Coloque la punta de su lengua contra el borde del tejido que está justo por encima de los dientes delanteros superiores. Es importante que se mantenga ahí durante el resto del ejercicio.
2- Exhale por completo a través de su boca, haciendo un sonido chillón.
3- Cierre la boca e inhale lentamente por la nariz mientras cuenta mentalmente hasta cuatro.
4- Aguante la respiración contando mentalmente hasta siete.
5- Exhale completamente por la boca con una cuenta mental de ocho haciendo el mismo sonido del segundo paso.
6- Concluido el primer ciclo, repita el mismo proceso tres veces más para alcanzar un total de cuatro repeticiones.

En resumen: inhalar contando hasta cuatro, sostener por siete y exhalar contando ocho. Hay que inhalar a través de la nariz y exhalar a través de la boca. La inhalación de cuatro recuentos les permite a quienes respiran mal tomar más oxígeno. La retención de siete conteos le da más tiempo al oxígeno para pasar completamente el torrente sanguíneo y la exhalación de ocho conteos disminuye la frecuencia cardíaca y libera una mayor cantidad de dióxido de carbono de los pulmones.

El ejercicio 4-7-8 ciertamente tiene el potencial de ayudar a quienes están excesivamente estresados a conciliar el sueño más rápidamente. También tiene beneficios cuando se implementa durante el día en momentos de estrés, enojo, culpa, frustración o tensión interna. Como es un ejercicio relativamente sencillo y puede impactar positivamente en la irritabilidad, los dolores de cabeza, el déficit de concentración, el deterioro de las habilidades cognitivas, el aumento de peso e incluso en las enfermedades del corazón a través de la mejora directa del sueño, vale la pena probarlo.

Fuente: infobae

Los conflictos sociales y el agitado estilo de vida de hoy en día pueden causar desequilibrios en el descanso de las personas. Conciliar el sueño, o dormir reparadoramente, puede convertirse en una misión difícil.

Dormir es una necesidad fisiológica que el cuerpo necesita para funcionar adecuadamente. Mientras se duerma, el organismo presenta cambios en la actividad cerebral, respiración, ritmo cardiaco y en los movimientos musculares. También ocurre la liberación de la hormona del crecimiento que es clave para la longevidad.

Para alcanzar un estado óptimo corporal, se debe dormir y despertar aproximadamente a la misma hora, respetando el ritmo circadiano, que no es más que el reloj biológico que regula las funciones fisiológicas para que sigan un ciclo regular que se repita cada 24  horas.

El sueño tiene varias etapas y cada ciclo va desde 90 a 110 minutos. El primero es un sueño ligero en el que la persona se despierta por cualquier eventualidad; durante esta fase muchas personas experimentan contracciones musculares. Luego se entra en un sueño profundo, en el que no hay movimiento ocular o actividad muscular y las ondas cerebrales son más lentas. En esta etapa es muy difícil despertar a una persona. Finalmente se entra en un periodo REM en donde la respiración se vuelve más irregular, el movimiento de los ojos es más rápido y las ondas cerebrales aumentan como si se estuviera despierto; es en este intervalo en el que soñamos. Si se despierta a una persona en esta etapa es más factible que recuerde lo que estaba soñando. En condiciones normales se entra en periodo Rem de tres a cinco veces durante la noche.

La alta presión laboral y la alternabilidad entre el trabajo y el rol de madre o padre son los principales causantes de desórdenes de sueño. Las preocupaciones o las tareas pendientes que se derivan de estas actividades no permiten ‘apagar el cerebro’. A estos factores socioeconómicos se les debe sumar la edad, la maternidad, los ciclos menstruales y los altibajos hormonales», aseguró Margarita Botero, médico cirujano especialista en Medicina Antienvejecimiento del Centro Médico Energía Vital Activa (@energiactiva).

Para poder llevar una vida sana, con el mejor estado físico durante el día, es necesario tener un sueño tranquilo y completo. Para ello, se recomienda intentar dormir boca arriba con los brazos a los lados, pues es la mejor posición para la columna vertebral y el cuello. Si se requiere de más apoyo, se puede recurrir a tratamientos de la medicina antienvejecimiento como la desintoxicación iónica, los masajes antiestrés, los sueros con oligoelementos y las neuroterapias.

Fuente: El Universal

Es un hábito adquirido en los últimos años. Llegada la noche, una vez acostados en la cama, se revisa el celular por última vez en el día. Se contestan los últimos mensajes de WhatsApp, se repasa la actividad de los amigos en las redes sociales, se lee alguna noticia de interés. Ese rato se puede extender durante largos minutos y sus repercusiones a la hora de conciliar el sueño, no hay dudas, son negativas.

La culpable tiene un nombre y es una hormona: la melatonina. Es la encargada de promover el estado del sueño. Al revisar el celular caída la noche, el cerebro envía corrientes de luz potente; un mensaje contradictorio que disminuye la secreción de la hormona y, por ende, reduce el cansancio.

No es solo el celular a la noche. También las pantallas iluminadas de los LCD y las tablets generan un efecto similar. El doctor Alejandro Andersson, médico neurólogo, director médico del Instituto de Neurología de Buenos Aires, explicó: «El tipo de radiación lumínica que emiten, producen dos fenómenos de trascendencia para los ritmos de sueño. Por un lado, afectan su período natural de sueño, reduciéndolo a niveles de peligro. Por otro, agregan un factor distorsivo, pues la luz del monitor en ese momento atrasa nuestro reloj biológico».

En el reloj biológico parece residir la clave en la conciliación del sueño: «Nos invita a dormir para que no fallezcamos y nos anima a despertarnos al cabo de un tiempo apropiado para el organismo», señaló Andersson, quien también detalló que las consecuencias de su manipulación pueden ser terribles: «Si se altera, afecta también a los patrones de alimentación, a la actividad cerebral y a la regeneración celular. Modificarlo no provoca simples ojeras; una distorsión grave y prolongada de este ritmo puede conducir a obesidad, diabetes e, incluso, cáncer».

La recomendación del especialista -no podría ser otra- es evitar el brillo de las pantallas minutos antes de ir a dormir. Su brillo provoca confusión y consiguientes dificultades en el descanso. También aconsejó: «Es importante contar en el dormitorio con una luz más cálida porque afecta menos a la producción de esta sustancia y, a medida que avancen las horas, el cuerpo irá pidiendo descansar».

En los tiempos que corren, resulta inevitable estar expuestos a iluminación artificial. Sin embargo, de acuerdo al neurólogo, en cuestiones de luz, el color importa. «Si normalmente cerramos los ojos a las 23, permanecer expuesto a luz azul puede hacer que resulte imposible conciliar el sueño hasta pasadas las 2 de la madrugada», advirtió.

Fuente: infobae