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En materia de innovaciones, las bodas no han sido una excepción. Dependiendo del gusto de los contrayentes, hemos podido ver variedad de cambios insertados en esta clase de ceremonia, cuyo objetivo, de acuerdo a lo tradicional, es precisamente celebrar la formalidad a la que ha decidido llegar una pareja.

Nada está dicho por el momento; hoy una pareja escoge casarse en un globo aerostático en pleno vuelo, mañana puede que sea en otro planeta, es decir, están por suceder infinidad de novedades. Sin embargo, vale insistir en lo  trascendental del momento: dar el primer paso para la formación de un hogar, un estado y circunstancia que no admite otra compostura que la seriedad.

Entre el deseo de lograr un evento trascendental y la diversidad de alternativas seleccionadas para este fin, hay mucha distancia, pues no siempre termina por proyectarse el objetivo trazado, posiblemente porque algo resultó ser incoherente o exagerado.

Si el propósito es dar realce al evento, los preparativos deberían conducir hacia esa meta, de manera que el programa concuerde con la seriedad de su significado. Conviene, por consiguiente, no solo crear un escenario afín sino procurar una atmósfera agradable entre los asistentes, siguiendo estos consejos: