Se dio cuenta a tiempo. La vio antes de sentarse o de acercarse demasiado al inodoro. La serpiente estaba allí, enrollada y al asecho, con gran parte del cuerpo bajo el agua.
El dueño de casa, cuya identidad fue preservada en reserva, llamó a un equipo de rescate especialmente entrenado para lidiar con estas situaciones. Debió esperar un día entero sin usar el retrete hasta que los expertos llegaron y sacaron al animal.
Por más increíble que resulte la escena, no es tan extraordinaria en Tailandia. En mayo de este año se conoció la historia de Attaporn Boonmakchuay, que no tu tuvo tanta suerte: cuando levantó la tapa del inodoro una pitón de tres metros de largo le mordió el pene.
La víctima sobrevivió, pero deberá convivir toda su vida con las secuelas del ataque. En esa ocasión, los rescatistas tuvieron que remover parte de las tuberías para sacar al animal.