Festejamos nochebuena y navidad, despedimos y recibimos el año, nos juntamos con amigos y familiares, recordamos buenos y malos momentos. También empezamos a pensar si nuestras metas, objetivos y sueños se cumplieron.
Esta especie de evaluación de lo que se llevó y nos dejó el año es una buena oportunidad para hacer un balance. La psicoanalista Diana Litvinoff explica que esto se da en todas las culturas y que es una marca que sirve para evaluar qué sucedió y qué nos espera.
«Cuando uno hace este tipo de valoraciones muchas veces se encuentra con ideales o proyectos que no se realizaron, ahí es cuando aparece esta sensación de fracaso. Aparecen también enojos hacia gente muy cercana y todo esto puede terminar en autoacusaciones o autorreproches», explica la especialista.
Por eso hay que tener cuidado y evitar caer en situaciones de enojo, tristeza o depresión: «Hay que tratar de no suprimir los síntomas,tomando una pastilla o alcohol para escaparnos. Hay que preguntarse por qué nos está sucediendo eso y cuál es el contenido».
A veces sucede que las metas que uno se fija no se llegan a cumplir, pero eso no debe ser un obstáculo ni una señal para bajar los brazos. Contrariamente a lo que muchos piensan, es un buen momento para reorganizar nuestra hoja de ruta y sacar provecho a todo lo malo o desfavorable.
Consejos y tips para sacar provecho de lo que se llevó y dejó 2016
– Proponerse objetivos y metas según el nivel de importancia y prioridad
– Plantear proyectos que nos identifiquen y que no sean imposibles, de esta manera estamos evitando situaciones de frustración o depresión
– Valorar los objetivos que concretamos y los logros obtenidos
– Conocernos más para poder superar las trabas que a veces nos impiden ser felices