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Claves para evitar el jet-lag

Por 10 euros, cosas capaces de arruinar nuestras vacaciones. 1, 2, 3, responda otra vez… Que el hotel sea basura. Cierto. Que llueva todos los días como si no hubiera un mañana. Pues también. Que tu pareja te sea infiel con tu mejor amigo/a. Pues no me digas más. Pero hay otra cosa que también puede sacarnos de nuestras casillas y convertir una semana en Punta Cana en un infierno sobre la tierra. Hablamos del jet lag.

En el restaurante y colmado Mama Campo nos invitan a que este año, además de pensar en el viaje, también lo hagamos en nuestro cuerpo y lo cuidemos más, ya que los cambios bruscos pueden afectarnos sin que lleguemos a ser del todo conscientes de ello. Su nutricionista, Vanessa Aguirre (ZÚA – Alimentación Saludable) aporta una serie de claves para llevar mejor los vuelos largos, y adaptarnos fácilmente al lugar de destino. Tomamos nota:

Una correcta preparación para el viaje. «Lo ideal es comenzar a preparar nuestro cuerpo 24 horas antes de subirnos al avión llevando una dieta muy ligera. Se recomienda incluir alimentos que fluidifican la sangre, lo que nos hará afrontar mejor las horas de vuelo sin apenas movimientos. Esos alimentos son el ajo, la cebolla, y frutas como la uva, la piña o el kiwi. Además, es importante evitar, en la medida de lo posible, las grasas».

Comer adecuadamente en el avión. «Cuando nos sometemos a viajes largos solemos encontrarnos con dos problemas: circulatorios y deshidratación. Para evitar los primeros es importante la preparación previa ya comentada, además de propiciar movimiento en el avión (mover las piernas, levantarnos, caminar). Para lo segundo, es aconsejable consumir zumos de frutas, que vienen muy bien para hidratar y remineralizar, especialmente el zumo de pomelo y el agua de coco. Se recomienda evitar las bebidas alcohólicas». Además, de cara a facilitar la adaptación posterior, es importante que desde que se inicie el vuelo adaptemos el horario de las comidas a las del destino, haciendo varias ingestas de poca cantidad.

Adaptarse eficazmente al lugar de destino. Con los cambios horarios y de presión nos sometemos a una oxidación más intensa. Para paliarla, es interesante incluir en nuestra dieta alimentos ricos en antioxidantes como las frutas, sobre todo frutos rojos (arándanos, fresas, frambuesas) o cítricos (pomelo, limón, naranja), además de verduras de hoja verde. Los ácidos grasos saludables de los frutos secos también nos beneficiarán.

 

Fuente: Cocinatis