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Fedez, el futuro esposo de Chiara Ferragni, cautiva las miradas por su estilo

Tras la petición de mano de Fedez a la bloguera y empresaria Chiara Ferragni este fin de semana, en GQ nos hemos visto sorprendidos por el extraño magnetismo que despierta la estética de este rapero italiano. Cualquiera diría que se viste con la luz apagada, pero lo cierto es que en su desorden hay atisbos de lucidez. Reconozcámoslo: Fedez no es Lil Yachty ni tampoco Big Sean, y mucho menos Kanye West. Al contrario, se parece más a un ‘guido’ que al marido de Kim Kardashian, pero tiene cierta idea.

En sus looks hay reminiscencias del estilo ‘paninaro’, célebre en la Italia de los años 80. Esta subcultura nació como consecuencia de una época de bonanza y celebración del estilo de vida americano. Muchos pijos italianos sucumbieron a la eclosión del ‘fast food’, las motos Zündapp 175 y la música pop. Vestían bombers de Schott, plumas de Moncler, chaquetillas de CP Company y zapatillas Vans. Les encantaban los pantalones de Armani Jeans, los colorines y las etiquetas bien visibles. Fueron los análogos europeos del ‘preppy’ en los años del consumismo feroz.

Y lo cierto es que Fedez nos gusta, pero también nos desconcierta. A continuación, enumeramos tres razones por las que amamos su estilo y otras tres por las que lo odiamos. Empecemos con las primeras.

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A FAVOR

1. No todo el mundo es un ‘gentleman’. Fedez es un rapero y punto. No pretende ser otra cosa. Por el éxito de sus canciones en suelo italiano y su pasión por la moda –que la ama es evidente–, podríamos considerarlo, en cierta medida, un Kanye West a la europea. No en vano se va a casar con una ‘instagramstar’, Chiara Ferragni, cuyo modelo de negocio se estudia hasta en Harvard –Ferragni y su exnovio Riccardo Pozzoli ya han impartido varias conferencias en esta universidad–. Fedez, al igual que todos los raperos, tiene una personalidad muy definida que recibe ‘inputs’ de todas partes: la moda de lujo, las firmas ‘streetwear’, la historia de su país, sus colegas estadounidenses… En definitiva, cuenta con un discurso estético forjado a base de miles de influencias. Y en este caso la ensalada no es ningún desastre.

2. No teme a la experimentación. Un reconocimiento a vuelapluma de su Instagram, sus conciertos y sus apariciones públicas, nos da una pista sobre su ausencia de miedo. En este fresco renacentista de firmas de lujo, colores, tejidos y cortes encontramos la completa asunción de una de las tendencias que triunfará el próximo otoño, la de la elevación de la calle –y viceversa– por obra y gracia de Louis Vuitton by Supreme. Nada nuevo en el frente, es cierto, pero recordemos que hace cinco años Kanye West y Virgil Abloh eran considerados poco menos que unos parias ‘outsiders’.

3. Italia vs. USA. En Federico Leonardo Lucia, alias Fedez, hay ’souvenir jackets’ de Gucci, bombers de Moschino, camisetas de Supreme y moda deportiva de Thrasher. Alta cuna, baja cama. El estilo ‘paninaro’ del siglo XXI tiene en el cantante de ‘Vorrei ma non posto’ un embajador de lujo.

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EN CONTRA

1. Pero Fedez no es Kanye West. Que se parezca algo no significa que sea como él. Ni siquiera tiene un aire a Chance The Rapper o Travis Scott. Fedez cuenta con el dinero y el interés para ser como ellos, pero le falta algo genuino. El estilo del rapero italiano nos llama la atención porque en su país es único en su especie, pero dudamos mucho de sus posibilidades si mantuviera su estética en la selva estadounidense. Fedez es una amalgama de estilismos ya inventados, y eso está bien si además se apoya en algo propio, muy propio. Y eso no lo vemos.

2. Sprezzatura, ubi sunt? Este término acuñado en el siglo XV hace referencia a los hombres con más estilo del mundo, los que marcan una actitud elegante y estudiadamente relajada. Su autor fue el diplomático italiano Baldassare Castiglione, en cuya obra ‘El Cortesano’ explicaba la falta de afectación que debía mostrar todo ‘gentleman’ –en resumen, que un impecable look parezca un accidente–. Se usa, sobre todo, en el ámbito del ’tailoring’. Fedez tiene 27 años y procede del país donde nació la sastrería moderna –al alimón con los británicos–. Por eso echamos en falta un poco de atrevimiento con los trajes, pues ya es hora de que se haga uno a medida. Fedez, chato, que eres milanés…Y tienes casi 30 años.

3. Un árbol de Navidad. Su talón de Aquiles es el oro, la plata y la quincalla. Como todo buen rapero, se pirra por la joyería sin medida: colgantes, anillos, pulseras… Y eso nos sobra un poquito. Además, Fedez usa siempre el mismo calzado: zapatillas de caña alta y Vans. Más osadía, hombre. Por último, a nuestro juicio, sus tatuajes dejan mucho que desear; no tanto por la forma, sino por el color. David Beckham o Conor McGregor son un buen ejemplo de ’tattoos’ bien ejecutados. Los de Fedez son un poco de aquella manera.

 

Fuente: Revistagq