VITAMINA A

Es la que más contribuye a mantener la piel sana, además de ayudar al bronceado, pues favorece el desarrollo de pigmentos. Favorece la cicatrización y la suavidad de la piel. Los betacarotenos o precursores de la vitamina A no se acumulan, lo que significa que el organismo absorbe la cantidad que requiere y lo demás lo desecha.

Encuéntrala en: brócoli, espinaca, calabaza, zanahoria, tomate, mandarina, naranja, manzana y yema de huevo.

VITAMINA C

Su principal función es neutralizar el efecto de los radicales libres. Ayuda a activar las defensas de la piel, otorga resistencia a las agresiones intensas -especialmente a las del verano- e interviene en la síntesis del colágeno, proteína que constituye el tejido cutáneo y le otorga elasticidad a la piel.

Encuéntrala en: col cruda (ensaladas), brócoli, perejil fresco, pimiento crudo, kiwi, frutilla, melón y frutas cítricas.

 VITAMINA E

¡Es un antioxidante por excelencia! Destruye los radicales libres formados por la acción de las radiaciones ultravioletas, retardando el envejecimiento cutáneo. Protege y ayuda a mejorar el tejido celular y mejora la circulación sanguínea, este último es un factor determinante para la salud de la piel. Será más eficaz si, además de consumir alimentos que la contengan, es aplicada directamente a través de cosméticos.

Encuéntrala en: aceites vegetales, germen de cereales integrales, yema de huevo, legumbres, pescado, carne y verduras de hoja verde.

¡TU ALIMENTACIÓN ES CLAVE!

· Hortalizas crudas y semillas germinadas.

· Abundancia de zumos de frutas, jugos de verduras e infusiones refrescantes.

· Escaso aporte de sal común.

· Bajo contenido de grasas y proteínas de origen animal.

· Abundancia de fibra de cereales integrales.

· Evitar: enlatados, mariscos, carnes de cerdo, quesos curados o setas y alimentos formadores de ácido úrico (carne, caldos de carne, pescado, café, té, cacao, chocolate, legumbres secas, azúcares refinados y harina blanca).

Fuente: Revista Mariela | n° de edición 95