¿Te has levantado con el pie izquierdo? ¿Tienes uno de esos días en los que te miras al espejo y no lo ves claro? Todos tenemos bajones y días malos, en los que solo queremos ponernos un chándal viejo y volver a la cama. Si estás desmotivado y tienes un gran «meh» que decirle a la vida, necesitas una inyección de autoestima en vena. Y con estos consejos para quererte un poco más, tendrás hasta sobredosis de amor propio, ¡disfrútalo!
Que te importen las opiniones que otros tienen de ti, pero solo de aquellos que de verdad te importan
Existe una frase cliché que se oye mucho desde la aparición de las redes sociales. «Que no te afecte lo que otros dicen de ti». La doctora Ashlee Greer afirma en un artículo del Huffpost que si lo hacemos, «terminamos siendo esclavos de lo que ellos quieren, tratando de cumplir las expectativas de otros y sin escuchar a nuestras verdaderas necesidades«. Sin embargo, ignorarlos es a menudo muy complicado de llevar a término y, según la psicóloga social Iria Reguera, prácticamente imposible.
Esta especialista reconoce la dificultad de obviar las opiniones de otros. «En vez de eso, se debería aconsejar hacer un uso más adecuado de estas ideas. Por ejemplo, centrarse en las opiniones de quiénes nos quieren y queremos, aquellos que influyen de verdad en nuestras vidas. Además, es necesario hablar de estas ideas para conocer su trasfondo de forma directa.» Olvidemos los likes y unfollows, si queremos sinceridad preguntemos directamente.
Cuida de ti mismo como te gustaría que te cuidaran
Las personas con baja autoestima tienden a dejarse, lo cual empeora su apariencia y les hace sentir peor. Es la pescadilla que se muerde la cola. Así que a aplicarse el cuento: dormir las horas adecuadas, arreglarse y disfrutar de ratos para hacer lo que nos gusta. Y no olvidemos incluir el ejercicio en la combinación.
Según un estudio de Canadian Association For The Advancement of Women and Sport, «a través del deporte nos cuidamos y mejoramos la imagen que tenemos de nosotros mismos y de nuestras capacidades físicas. Nos sentimos bien, realizados y **mejorando, lo que se traduce en un aumento de la autoestima.»
Disfruta del sexo de forma positiva y sin avergonzarte
Existe mucho tabú y vergüenza en torno a la vida sexual, sobre todo en el caso de las mujeres. Según el informe Bridge, existe una brecha de género en cuanto a opiniones y asertividad sexual. Los roles de género clásicos han contenido el deseo sexual de la mujer, convirtiéndolo en fuente de culpabilidad y malestar.
En la actualidad esos roles se están rompiendo, por mucho slut-shaming que hagan algunos trolls. De hecho, la psicológa Iria Reguero afirma que a pesar de nuestras respuestas particulares y subjetivas, hay muchísimas semejanzas entre la vida sexual de hombres y mujeres. No te avergüences, no sacrifiques tus propios límites y necesidades. El sexo es saludable y una fuente de bienestar.
Ahorra, pero con medida
Ningún extremo es bueno: ni pulirse todo el sueldo el día 1 del mes en Zara ni ahorrar como si fuéramos a enfrentarnos a una guerra nuclear. La especialista consultada en este artículo afirma que «mantener una buena relación con tu economía es un ejercicio de autoeficacia, pero siempre dentro de nuestras posibilidades y sin plantear retos inalcanzables. Las personas que mejorar su eficacia propia sufren menos ansiedad y depresiones«.
Así, cuando tu vida está en calma y no vives agobiado por el dinero te sientes mejor contigo mismo. La ansiedad de no llegar a fin de mes desaparece y se suma la comodidad de un colchón monetario. A eso se añade la sensación de ser capaz de ahorrar la meta que te habías propuesto, que según la web Self Confidence se traduce en un efecto de control y éxito. Y la persona exitosa tiene un boost de autoestima alucinante. Así que manos a la obra, cada mes guardemos un pellizco para nuestro futuro y para evitar disgustos a la hora de pagar el alquiler, ¡seremos más felices!
Deja de criticar a los demás, te sentirás mejor contigo mismo
Nuestras madres nos decían aquello de «se amable con los demás». Un concepto que solemos romper. Criticar, insultar y hablar mal de otros a sus espaldas es deporte nacional, y al final del día no nos hacen sentir mejor. Al contrario. Según un artículo de la experta Donna Labermeier en el Huffington Post, nos crea una sensación de culpabilidad y miedo a que se entere la persona en cuestión.
La psicóloga social Iria Reguera afirma que «este tipo de agresiones verbales surgen de la ira y la frustración, en muchas ocasiones procedentes de la sensación de que no somos tan buenos como los otros. Criticamos para liberar esta frustración, pero no desaparece. De hecho, aumenta el malestar. La solución es reconocer estos puntos débiles y trabajarlos, evitando los prejuicios sin conocer toda la información». Ya lo ves, todo el shaming está mal, pero además nos crea mala sangre a nosotros mismos. ¡Más decir cosas bonitas y menos insultar por lo bajito!
Estudia algo nuevo, solo porque te apetece
Un estudio de la organización Mind afirma que ponerse metas y conseguirlas es un subidón de los gordos, sobre todo cuando se refiere a la formación propia y a invertir en nosotros mismos. ¿Hay algo que te interese y de lo que no sepas lo suficiente? Según la psicóloga, hacerlo por placer y no por la necesidad de aprobar un examen aumentará nuestra sensación de éxito y control. Además, por supuesto, de nuestra capacidad intelectual.
No digas que sí cuando quieres decir no
A todos nos ha pasado: nos han encasquetado algún marrón que no queremos o no podemos hacer y hemos aceptado, por miedo a decir que no. Pero todos hemos vivido también ese momentazo en el que encontramos la forma de rechazar algo que no queremos y nos sentimos liberados. ¿Cómo aprender a decir que no? Por un lado, no lo quieres. Pero por otro, no quieres ofender ni molestar a nadie con tu negativa.
Según la especialista en habilidades sociales Iria Reguera, hay que conocer y respetar nuestro derecho a decir que no, sin dejar de respetar el de otros. Decir que no cuando algo no es posible o deseado nos enseña a no menospreciarnos ni caer en la pasividad. Y no es tan difícil como parece. «No quiero hacer esto y no lo voy a hacer» puede parecer too much, pero frases como «entiendo que esto te resulte importante, pero yo ahora mismo no puedo» están más edulcoradas, socialmente aceptadas y te salvarán de algún que otro enredo.
Fuente: Trendencias