La debilidad por los dulces muchas veces puede ser incontrolable. Puedes seguir cualquier dieta, pero al enfrentarte a una rica torta de chocolate o a tu dulce favorito, toda fuerza de voluntad desaparece.
Hay varias razones por las que esto puede suceder:
Piques de insulina: si tu alimentación es alta en carbohidratos simples (azúcar, pan blanco, arroz blanco etc.) puede que experimentes un bajón de glucosa un tanto drástico que haga que tu cuerpo te pida azúcar para compensar. Mucho cuidado con esto porque te puede llevar a desarrollar diabetes.
Antojos: Muchas veces creemos que son falta de fuerza de voluntad, sin embargo, en realidad son mensajes que tu cuerpo te da. Puede ser que te pida mucho chocolate y dulce, pero en realidad lo que necesita es magnesio, cromo o agua. Al malinterpretar, dejas de darle a tu cuerpo lo que realmente necesita.
Costumbre: Somos animales de hábito; muchas veces comer postre al final de las comidas es tu costumbre. Tienes que aprender a reemplazarlo para que puedas mejorar tu alimentación.
Estrés: Cuando el cuerpo experimenta una respuesta de estrés, algunas personas acuden a la comida ya que la interpretan como un mecanismo para sentirse mejor. Desde pequeños, recibían comida al hacer algo correctamente o incluso como consuelo cuando se sentían mal. Es por esto que de adultos siguen repitiendo el mismo patrón.
Poco dulce natural en tu dieta: Si tu alimentación es muy proteica y baja en carbohidratos, seguramente tu cuerpo desesperado por recibir glucosa no te permite resistirte a un postre cuando lo tienes delante.
¿Qué puedes hacer ya?
Yo soy creyente de que a los problemas hay que sanarlos de raíz y no superficialmente. La clave está en que aprendas a escucharte y conocerte para que sepas cómo bajarle el volumen a esa voz que te dice: “¡QUIERO DULCE!”. Prueba los siguientes tips:
- Introduce más dulce natural a tu alimentación. Vegetales como el camote, la zanahoria blanca, pimiento rojo, zanahoria y remolacha son ricos en azúcar natural y fibra.
- Toma mucha agua. Muchas veces confundimos el hambre con la sed; no dejes que tu cuerpo se deshidrate.
- No le tengas miedo a las frutas. En las primeras horas son tu mejor aliado, y si las consumes acompañadas de grasas saludables, como las nueces, seguro tendrás mucha energía para el día.
- No esperes a estar muerto de hambre. Si no vas a poder almorzar a tiempo, ten a la mano snacks que te sostengan.
- Consume carbohidratos integrales. La yuca, el verde, los granos y cereales en su forma natural te aportan fibra, nutrientes y energía.
- Mezcla tus carbohidratos siempre con proteína y/o grasas, así aminoras el shot de insulina que el cuerpo debe de segregar. Esto va a lograr que no tengas picos ni caídas bruscas.
- Cuando tengas antojos repetitivos, investiga qué puede significar esto; seguro tienes deficiencia de algún nutriente. Usa la frase “significado de antojos” para que encuentres información en internet.
- Cambia tu costumbre de tener un postre en el almuerzo de dos formas: posponiendo el postre para más tarde (dos horas después) o reemplazándolo con vegetales dulces, como un maduro asado con canela.
- Si lo necesitas, permítete disfrutar de un dulce decadente aunque sea una vez a la semana. Sírvete una porción más pequeña y degusta lentamente tu postre.
- Aprende a escoger los dulces más sanos, por ejemplo, los que tienen muy pocos ingredientes y puedes hacerlos en casa. Úsalos en el desayuno o como snack.
- Prémiate con otras cosas que no sean comida, como un automasaje, leer un libro, conversar con amigas.
- Si el problema es el estrés, respira lenta y calmadamente por diez minutos. Esto te liberará y podrás analizar si realmente quieres el postre.
¿Qué otras cosas crees que te pueden servir? Estoy segura de que tienes muchas ideas y probablemente sean las adecuadas para ti. Yo te tengo fe. Ponle todo tu corazón. Más recetas en @healthyon_AnaC
Recetas:
Para snacks y postres
Frutillas con chocolate negro derretido.
Escoge unas frutillas jugosas, derrite chocolate negro al setenta y dos por ciento en un olla o en el microondas (intervalos de treinta segundos) ¡y listo! tienes un fondue. Si quieres, baña las frutillas con el chocolate y refrigéralas. No hagas más de lo que vas a comer.
Granola casera
1 taza de avena en hojuelas
1 taza de coco rallado
1 taza de nueces y frutos secos
1 taza de semilla
(Lo que no encuentres puedes reemplazarlo con avena o coco)
¼ de taza de aceite de coco
¼ de taza de miel de abeja (opcional)
Canela y nuez moscada en polvo
Tritura cualquier pedazo muy grande de nueces, mezcla todo y esparce en un molde (revisa que esté engrasado o usa papel manteca). A fuego medio, coloca el molde y cada diez minutos mezcla todo para que no se queme. Déjalo hasta que dore. Disfruta con yogurt en el desayuno, encima de una ensalada de frutas o incluso en ensaladas con vegetales.
Fuente: Revista Mariela