BRYAN JOHNSON, EL EMPRESARIO QUE GASTA MILLONES PARA RETRASAR SU ENVEJECIMIENTO
Bryan Johnson, un multimillonario estadounidense, ha adoptado un estilo de vida inusitado y profundamente enfocado en la longevidad. Con la meta de superar los 200 años, dedica su vida a un complejo plan de rejuvenecimiento que incluye una rutina diaria que parece sacada de una película de ciencia ficción. Sin embargo, este enfoque extremista no es solo una fantasía, sino el resultado de una filosofía de vida y una serie de experimentos científicos que buscan desafiar las fronteras naturales del envejecimiento.
Johnson, quien ha admitido que se considera un «atleta del rejuvenecimiento profesional», lleva un monitoreo constante de su cuerpo. Con 30 médicos encargados de su salud y bienestar, sigue rigurosamente un régimen que incluye la ingesta diaria de 60 pastillas, transfusiones de sangre de su hijo y sesiones de láser facial. Además, tiene un dispositivo adherido a su cuerpo que mide sus erecciones nocturnas, ya que considera que este proceso biológico es un marcador esencial de su salud sexual y cardiovascular.
«Soy un atleta de rejuvenecimiento a tiempo completo», asegura Johnson, quien se despierta a las 5:30 a.m. cada día. Tras una hora de ejercicio y meditación, su rutina incluye consumir kilos de verduras, tomar suplementos, monitorear su índice de masa corporal y medir su nivel de hidratación y grasa corporal. Antes de acostarse, Johnson utiliza una lámpara de fototerapia y realiza una serie de procedimientos estéticos que incluyen una crema antienvejecimiento y una máscara luminosa para estimular la producción de colágeno.
Pero su obsesión por la longevidad no se limita al cuerpo. También mantiene un monitoreo constante de su mente y su bienestar emocional. Cada aspecto de su vida está controlado, desde sus horarios hasta sus hábitos alimenticios, todo con un objetivo claro: vivir más tiempo.
Si bien el concepto de longevidad extrema no es nuevo, el enfoque científico y tecnológico que Johnson emplea es inusitado y plantea interrogantes sobre los límites del cuerpo humano. Con el aumento de la esperanza de vida global y la fascinación por la biotecnología y la medicina regenerativa, su historia subraya una tendencia creciente en la búsqueda de la inmortalidad. Sin embargo, la pregunta persiste: ¿realmente se puede disfrutar de la vida mientras se está tan obsesionado con prolongarla?