Científicos apunto de dar paso gigante hacia la cura del cáncer
Científicos del Technion esperan poder traducir los mecanismos de defensa de los elefantes en un medicamento para el tratamiento del cáncer. Luego de que un nuevo estudio estadounidense revelara cual sería el motivo por los cuales estos grandes mamíferos no contraen esta devastadora enfermedad.
El estudio, dirigido por investigadores del Instituto de Cáncer Huntsman en la Universidad de Utah, encontró que los elefantes tienen 40 copias de un gen conocido como P53, un supresor tumoral conocido, mientras que los seres humanos tienen únicamente dos. La intensa actividad del gen mata a un número sustancial de las células cancerosas en los elefantes, lo que les permite combatir esta enfermedad.
Sobre la base de estos hallazgos, los investigadores del Instituto Technion de Haifa están llevando a cabo un estudio de seguimiento en un esfuerzo por traducir el descubrimiento en tratamientos innovadores contra el cáncer.
El profesor Avi Schroeder, del Departamento de Ingeniería Química del Technion, lidera el estudio israelí y está convencido de que esta es una nueva vía para lograr desarrollar fármacos contra el cáncer.
Los elefantes pueden alcanzar los 70 años de edad y tiene alrededor de 100 veces más células en sus cuerpos que los seres humanos; esto significa que tienen muchas más divisiones celulares, hasta donde se sabe menos del 5 por ciento de los elefantes mueren de cáncer, en comparación con una tasa de mortalidad por cáncer humano de entre 11 y 25%.
De acuerdo con el Dr. Joshua Schiffman, médico pediatra oncologista del Departamento de Cáncer del Instituto Huntsman en la Escuela de Medicina la Universidad de Utah, quien dirigió el estudio en los Estados Unidos, dijo que la lógica diría que los elefantes tendrían que desarrollar cáncer tan seguido que esto los llevaría a la extinción, pero en realidad este no es el caso.
«La naturaleza ha descubierto la manera de prevenir el cáncer. Todo depende de nosotros para aprender cómo actúan los cuerpos de los diferentes animales frente al problema para que podamos adaptar las estrategias y prevenir el cáncer en las personas «, dijo Schiffman. En busca de una explicación, los científicos rastrearon el genoma del elefante africano y encontraron al menos 40 copias de los genes que codifican para P53, una proteína bien conocida por sus propiedades cancerígenas inhibidoras. El gen P53 fue descubierto en 1970, y los científicos israelíes jugaron un papel importante en el descubrimiento, la caracterización y en la comprensión de su papel como un inhibidor del cáncer. Uno de los primeros laboratorios de descubrir la proteína fue la de la Prof. Varda Rotter del Instituto de Ciencia Weizmann en Rehovot, y en 1983, el Prof. Moshe Oren, también del Instituto Weizmann, fue uno de los primeros científicos para clonar el gen. Las propiedades anticancerígenas del gen se identificaron en 1989.
Cuando el gen se activa en los seres humanos, entra en el núcleo de la célula y reprime los mecanismos del cáncer de dos maneras: Al tratar de reparar el proceso reproductivo del ADN que fue dañado, o por provocar un proceso que mata a la célula dañada. Un investigador del gen lo llamó el guardián del genoma, y en estudios posteriores se supo que las versiones mutantes se encuentran en la mitad de todos los cánceres.
Según el estudio, los elefantes tienen versiones particularmente agresivas del gen. «En comparación con los seres humanos, en los elefantes el gen actúa en forma diferente», explicó Schroeder. En los elefantes el gen no les da una segunda oportunidad a las células, en el mismo momento que la actividad cancerígena es detectada, mata la célula sin tratar de repararla. Y en efecto, vemos que en los seres humanos el mecanismo de reparación a menudo no es suficiente y las células cancerígenas reinciden.
Schiffman encontró un camino en este proyecto, cuando alguien en una conferencia científica mencionó el hecho de que los elefantes no tienen cáncer.
Schiffman visitó Israel para una conferencia de oncología pediátrica que tuvo lugar en el Centro Médico Rambam en Haifa. Schiffman habló de sus hallazgos en la conferencia donde Schroeder también hizo una presentación. «Mientras escuchaba la conferencia me hice un recordatorio que indicaba que tenía que reunirme con él», dijo Schroeder. Resultó que el sentimiento era mutuo. Así fue como se forjó la conexión israelí que ha resultado en el seguimiento de investigación del Technion. «Era claro para mí que teníamos que tomar el conocimiento básico que surgió de la investigación y el desarrollo en algo que puede salvar vidas», dijo Schroeder.
Schroeder está a la vanguardia de la investigación que combina la ingeniería y la medicina, con un énfasis en la integración de la nanotecnología y los medicamentos dirigidos. Hizo su trabajo post-doctoral bajo el liderazgo del Prof. Bob Langer en el Instituto de Tecnología de Massachusetts y desde entonces ha estado trabajando en el desarrollo de plataformas nanométricas para apuntar los medicamentos contra el cáncer en células específicas en el cuerpo.
«El mayor desafío en el tratamiento de tumores cancerosos es la metástasis», dijo. «Estas son pequeñas, inesperadas y de rápida propagación, y atacan a un paciente cuyo sistema inmune ya está debilitado por el tumor inicial. Las plataformas minúsculas que estamos desarrollando aquí saben cómo identificar el tejido enfermo y liberar la droga que están llevando a la ubicación precisa».
El P53 es uno de los mecanismos más importantes en el cáncer y es relevante para casi todos los tipos de cáncer, los científicos esperan que este sea el comienzo de un nuevo tratamiento para combatir esta enfermedad.
Fuente: http://www.aurora-israel.co.il/