
Pintar las paredes de tu hogar es la mejor manera de darle una nueva cara, ya sea como reforma porque la pintura anterior esté sucia o deteriorada, o como una forma decorativa, para añadir algún color a alguna estancia en especial y modificar así todo el entorno.
Antes de pintar es importante tener en cuenta el tipo de pintura a utilizar, intentando que se adapte lo mejor a las exigencias de la casa.
Plástica: es la más popular, está compuesta de látex y es solvente en agua, cualidad que hace que sea fácilmente lavable. Como ventaja, es económica y seca rápido. En su contra está el hecho de que sea soluble al agua, que reduce su durabilidad.
Sintética: es mucho más duradera que la plástica, pero como contra encontramos que tarda más en secar y no se limpia fácilmente, por lo que no es aconsejada para el uso amateur. Se suele emplear para ambientes húmedos o más castigados como la cocina o el baño.
-Esmaltes al agua: este tipo de pintura es recomendada para exteriores, es bastante duradera y fácil de limpiar.
Antigoteo: es más densa que las anteriores, por lo que no gotea tanto como las otras, lo que lo hace perfecta para pintar techos.
Fuente: Decoracion.facilisimo.com