De todos y cada uno de nosotros depende tener una vida divertida. Si lo pensamos bien, se trata de una acción que nace del interior de cada persona y no precisa de elementos externos, costosos o extravagantes para lograr vivir entretenidos.
- Deja de esconder tu verdadero ser y recupera un viejo sueño. A lo mejor es momento de volver a pintar, ponerte a escribir o montar una banda de música con tus amigos.
- Cambia de imagen. Busca opciones para renovar tu guardarropa o hacerte un corte de cabello más moderno. Si tienes la posibilidad de consultar con un especialista, hazlo.
- Viaja al lugar que siempre soñaste. Aunque sea a un pueblito perdido en el desierto o a un exótico país asiático. Incluso, muchos recomiendan viajar sin rumbo, solo o acompañado.
- No seas cómplice del temor y explora tus límites. A lo mejor es momento de aprender un nuevo y excitante deporte y sentir la emoción de practicar algo desconocido. De paso, haz nuevos amigos y mejora tu condición física.
- Baila mucho. No importa que lo hagas pésimo, date permiso de sentir que eres libre. Prueba las clases de zumba, salsa o hasta tango.
- Abre tus horizontes y acude a «eventos» diferentes. Es momento de ir a una opera, un recital de rock o a la inauguración de una galería de arte. Date la oportunidad de conocer otros espacios, tal vez, descubras un gusto nuevo.
- Deja de tomar las cosas tan en serio y aprende a reír. Deja de estar siempre tan ocupado. Todo es relativo, nada es para siempre.
- Comienza a deshacerte de la basura. Piensa en las cosas que te hacen peso y frenan tu inercia. Y no solo se trata de objetos, también hay pensamientos, hábitos, actitudes y personas que debes desechar.
- Compra algo inservible. Regálate una de esas cosas que sabes que no usarás pero que te arrancarán una sonrisa.
Fuente: salud180.com