Utilizaremos el frío en el control del peso con el objetivo de incrementar los gastos del cuerpo, se trata de otra manera de quemar calorías, un recurso bastante original y poco conocido, el incremento de los gastos de calentamiento del cuerpo.
La mayor parte del gasto calórico se invierte en el gasto metabólico y mas de la mitad sirve para mantener la temperatura central del cuerpo, alrededor de los 37º C.
Cuando ingieres un alimento muy caliente, el organismo absorbe sus nutrientes y calorías, pero sin saberlo también absorbe el calor que contiene y este calor es un suplemento calórico dispensable. Desde que se absorbe y durante un rato, el organismo deja de quemar sus propias calorías para utilizar el calor físico del alimento.
En cambio al ingerir un alimento frío el organismo no puede dejarlo pasar a la sangre sin haberlo llevado previamente a la temperatura de 37º C. Esta operación es muy costosa en calorías y frena además la digestión y la asimilación, evitando consecuentemente que el hambre vuelva a aparecer demasiado pronto.
Sabiendo esto, podemos tomar a mediodía platos fríos con menor aporte proteico, ya que el fin que buscamos es un aumento del gasto calórico sin excedernos en cantidad de proteína, y acumular la mayor parte de proteína en las cenas, donde el metabolismo se vuelve más lento por la disminución de actividad física.
Si además en las comidas añadimos alimentos que por si solos queman grasas, aceleramos aún más el metabolismo, como por ejemplo:
Pimienta de Cayena: acción termogenicas
Jengibre: vaso dilatador y aumenta el flujo sanguíneo y acelera hasta un 20% el metabolismo
Jugo de limón: bajan los niveles de insulina (azúcar en sangre) y promueven la perdida de peso.
Fuente: salud.facilisimo.com