Metanfetamina. Esa fue la droga que golpeó la vida de Fergie. Como a millones de norteamericanos. La epidemia avanza. Y la artista relató cómo fue el tiempo que vivió en el infierno. De ese infierno que, dijo, pudo salir. En una entrevista descarnada, la cantante norteamericana contó lo que padeció durante su largo tiempo a bordo de ese barco tambaleante que puso en peligro su vida.
En su diálogo con el periodista Nick Levine, de iNews, Fergie contó que logró vencer su adicción a la metanfetamina antes de su ingreso y de hallar reconocimiento y fama mundial con Black Eyed Peas. Era en los dorados años 90, donde su estrella comenzaba a brillar.
Y narró sus momentos más tenebrosos: «En mi momento más bajo, estaba sufriendo de psicosis y demencia inducidas químicamente. Alucinaba a diario. Me tomó un año librarme de esa droga, de los químicos en mi cerebro y dejar de ver cosas. Estaba sentada por ahí y veía abejas y conejos».
Las declaraciones de la cantante explotaron en las últimas horas en la prensa norteamericana, que se hizo eco de la brutal entrevista, cuya primera condición por parte del representante de prensa de la artista fue: «Sin preguntas personales».
A tal nivel llegó el estado de Fergie que continuamente tenía una sensación de paranoia. Pensaba que la CIA y el FBI estaban tras sus pasos. Que cuando saliera de algún lugar, un escuadrón de SWAT estaría esperándola. Buscó consuelo en una iglesia, donde intentó resguardarse. Al ser católica, pensó que sería una buena idea intentarlo. Pero la imaginación seguía volando al compás de las drogas.
«Intentaron echarme, porque me movía por los pasillos de manera alocada, ya que pensé que había una cámara de infrarrojos en la iglesia tratando de chequear mi cuerpo. Pasé corriendo por el altar hacia un pasillo y dos personas me perseguían», contó.
Y añadió: «Recuerdo haber pensado: ‘Si camino hacia afuera y el equipo SWAT está por ahí, es que tenía razón todo el tiempo. Pero si no están ahí, entonces son las drogas las que me hacen ver las cosas y terminaré en una institución. Y si realmente son las drogas, de todas maneras, no quiero vivir así, de esta manera, más. Salí de la iglesia; obviamente no había un equipo SWAT, era solo yo en un estacionamiento. Fue un momento de liberación».
El infierno, sin embargo, le dejó grandes enseñanzas a Fergie: «Lo de las drogas fue muy divertido… hasta que no lo fue más. ¿Pero sabes qué? Agradezco el día que me pasó a mí. Porque esa es mi fortaleza, mi fe, mi esperanza de algo mejor. Es tan increíble y lo sé. Creo que debo tener ángeles guardianes», concluyó.
Fuente: InfoBae