Tras unas fotografías en las que se veía agarrado Justin Timberlake a una compañera de rodaje, el cantante y actor achaca su «error de juicio» al alcohol
Hace 10 días, unas fotografías de Justin Timberlake hacían correr ríos de tinta a la prensa sensacionalista de medio mundo. El actor y cantante, exmiembro de la popular banda N’Sync, es un personaje discreto con su vida privada y no demasiado habitual de esa prensa. Por eso sorprendieron unas imágenes —que parecían robadas y tomadas desde lejos— en las que se veía cómo se daba la mano con la actriz Alisha Wainwright.
Wainwright, de 30 años, es compañera de reparto de Timberlake, de 38, en la película Palmer, un drama sobre fútbol americano que ambos están rodando a las órdenes de Fisher Stevens. Ambos estaban con más gente y las fotos, obtenidas y publicadas, por el diario sensacionalista The Sun, les mostraban bebiendo cerveza en una terraza de Nueva Orleans y agarrados fuertemente de la mano de forma cariñosa.
La tormenta se ha desatado porque Timberlake está casado desde el año 2012 con la también actriz Jessica Biel y conforman uno de los matrimonios más admirados de Hollywood. Juntos tienen un hijo de cuatro años y medio llamado Silas. De ahí que ahora el actor, en un gesto poco habitual, haya decidido hablar públicamente de la situación. «Me alejo del cotilleo tanto como puedo», escribía la madrugada del jueves en su perfil de Instagram, «pero siento que, por mi familia, es importante abordar los recientes rumores que están haciendo daño a gente que quiero».
En su escrito, Timberlake niega haber tenido cualquier tipo de relación con su compañera, lo achaca todo al alcohol y pide disculpas públicas. «Hace unas semanas sufrí un error de juicio, pero dejadme ser claros: no pasó nada entre yo y mi compañera. Esa noche bebí demasiado y lamento mi comportamiento. Debí haberlo sabido», explica en una nota.
«Este no es el ejemplo que quiero darle a mi hijo. Quiero pedirle disculpas a mi increíble esposa y a mi familia por ponerles en una situación tan embarazosa; estoy centrado en ser el mejor padre que pueda. Y eso no me hizo serlo», reconoce. Además, también mantiene que seguirá con el rodaje de la cinta en la que está inmerso: «Estoy tremendamente orgulloso de trabajar en Palmer. Tengo muchas ganas de seguir con esta película y estoy muy emocionado porque el público pueda verla».
Este no es el primer episodio polémico al que se enfrenta este excomponente del Club Disney estadounidense, estrella desde la infancia y exnovio de Britney Spears. En el año 2004 fue el protagonista del espectáculo del intermedio de la Super Bowl, y durante el mismo le arrancó parte de la ropa a su compañera Janet Jackson y dejó su pezón al descubierto en una imagen que dio la vuelta al mundo.
También sus elecciones profesionales le han dado algún quebradero de cabeza: en 2017 participó en Wonder Wheel, dirigida por Woody Allen, que vio la luz en el momento en el que su hija adoptiva Dylan Farrow le acusaba de abusar de ella cuando era niña.
El año pasado, en 2018, Timberlake también fue muy criticado por su forma de dar apoyo al movimiento MeToo. En la gala de los Globos de Oro de ese año todos los actores decidieron ir de negro como apoyo a Time’s Up, otra de las patas del movimiento activista en pro de la igualdad salarial y profesional femenina. Tanto él como Biel se vistieron de negro y lo anunciaron en sus redes sociales. Solo que la frase con la que lo acompañó no fue del todo acertada: «Allá vamos. Y maldita sea, que buena está mi mujer».
Fuente: El País