Kendall Jenner
Solo multinacionales como Pepsi se pueden permitir las tarifas de una supermodelo como Kendall Jenner. Sin embargo, aunque también podrían pagara los mejores creativos publicitarios, no estuvieron muy inspirados a la hora de escoger la temática de este anuncio. Ha creado tanta polémica por frivolizar con algo tan importante como son las protestas por los derechos civiles que ya está retirado. No llegó ni a las 24 horas. La propia Kendall borró cualquier rastro de él hasta de sus redes sociales: tiene que estar MUY arrepentida de haber aceptado este contrato, por muy lucrativo que fuera.
Kim Kardashian
Si hay un trabajo que Kim nunca olvidará fue cuando en 2014 asistió a la Ópera de Viena como invitada estrella de la organización. Todo sonaba muy exótico y glamouroso para ella hasta que una entrevista en directo terminó convertida en un esperpento con insultos racistas incluidos. Kim y Kris Jenner nunca olvidarán ese viaje, que recuerdan como una auténtica pesadilla porque absolutamente todo salió mal.
Scarlett Johansson
La actriz protagonizó un anuncio de la marca de refrescos israelí SodaStream en 2014, algo que aceleró el abandono de su cargo de embajadora de Intermon Oxfam. El motivo es que la firma tiene su sede en los territorios ocupados, y ella hasta entonces era firme defensora del pueblo palestino con lo que había un importante conflicto de intereses en su vinculación con esta marca.
Nicole Kidman
La actriz se convirtió en embajadora de la aerolínea Etihad Airlines, algo que provocó las críticas de la Asociación Americana de Azafatas por el trato discriminatorio que esta compañía daba a sus empleadas femeninas. Según reflejó el Wall Street Journal, una de sus políticas más controvertidas era que despedía a aquellas mujeres que quedaban embarazadas y las trataban con muy poco respeto a pesar del lujo que vendían de cara al exterior.
Mary-Kate y Ashley Olsen
Las hermanas Olsen participaron en 2004 en la famosa campaña que cada año se difunde en EEUU para promover el consumo de leche. Muy desafortunada porque, días después de su difusión, se reveló que Mary-Kate padecía un trastorno alimenticio.
Alicia Vikander
Aún no se ha estrenado la nueva entrega de Tomb Raider y el mundo ya se pregunta si Alicia era la mejor opción para interpretar a Lara Croft. ¿Qué hace una actriz de corte tímido e intelectual interpretando a una súper heroína? ¿Es que era el mejor paso que podía dar inmediatamente después de haber ganado un Óscar? Aún no se sabe cómo terminará pero esta película podría ser el mayor error en la carrera de Alicia.
Halle Berry
Tan arrepentida como debe estar hoy Halle Berry, cuya carrera no levantó cabeza justo después de ganar el Óscar y de no parar de encadenar papeles infumables, empezando por Catwoman.
Britney Spears
Aunque en realidad no le va nada mal (hoy) y se ha consolidado como estrella con su espectáculo fijo en Las Vegas, en su día rechazó un tema que la podía haber encumbrado de nuevo como reina del pop. Fue Umbrella, que finalmente aceptó una desconocida llamada Rihanna. El resto, es historia.
Mark Wahlberg
El actor se ha consolidado dentro del cine comercial pero tuvo una oportunidad de acercarse al Óscar que dejó pasar por una cuestión de prejuicios. Y es que Ang Lee le ofreció protagonizar Brokeback Mountain y, en la página 15 del guión, decidió declinar porque el contenido era demasiado comprometido para él.
Molly Ringwald
Puede que a los menores de 30 años ni siquiera les suene este nombre, pero en los 80 fue una de las actrices más destacadas. Ya en los 90 le ofrecieron participar en Pretty Woman para interpretar a Vivian, un papel que rechazó. El testigo lo recogió una aún desconocida Julia Roberts que se convirtió automáticamente en la novia de América. Sí, una muy mala decisión la suya.
Chris O’Donnell
¿Te imaginas a Jack, protagonista de Titanic, con otro rostro distinto al de Leonardo DiCaprio? Pues bien podría haber sido el de Chris pero el actor no lo vio claro y decidió no participar.
Gwyneth Paltrow
Muchas de las recomendaciones de salud y estilo de vida que emite Gwyneth Paltrow, bien directamente bien a través de Goop, terminan por ser erróneas. ¿Ha llegado el momento de empezar a asesorarse bien?
Jennifer Grey
Cualquier parecido con la mujer que protagonizó Dirty Dancing en 1987 es pura coincidencia. La actriz inició una vertiginosa carrera en la camilla del cirujano plástico que la alejó del cine. De hecho, poco más relevante ha vuelto a hacer después de este musical y es el símbolo del mal retoque estético. Y de cómo una carrera se puede arruinar por ello.
Katherine Heigl
Abandonó Anatomía de Grey con cajas destempladas dejando muchos enemigos entre los productores de la serie para probar suerte como reina de la comedia en el cine, algo que nunca sucedió. ¿Quizá le hubiera salido más a cuenta controlar su ego y sus ínfulas de diva para continuar en una serie que aún hoy sigue en antena con millones de seguidores? Probablemente.
Lindsay Lohan
Nadie sabe quién asesora a Lindsay Lohan desde 2004 (año en el cual participó en su último éxito, Chicas Malas) pero desde entonces todo han sido malas decisiones profesionales. Agravadas por sus entradas y salidas de rehabilitación, en las cuales ingresaba casi ‘a medida’. Nunca terminaba de curarse del todo de sus adicciones y siempre volvía a recaer, de manera que su fama de problemática terminó por lacrar su trabajo. Su mala decisión radica en no haber elegido a un manager que la guiase por el buen camino.
Fuente: glamour.es