En algún momento de la vida, todos hemos experimentado un aumento de peso inexplicable, hinchazón de piernas o manos, debilidad o calambres. Y todo puede ser consecuencia de una retención de líquidos.
Aunque no es un problema de salud que entrañe un peligro mayor, sí puede ser síntoma de algún padecimiento como hipertensión o algunas cardiopatías.
1. Incrementa el consumo de alimentos ricos en agua y electrólitos, principalmente frutas y verduras.
2. Realiza actividades que favorezcan la circulación de la sangre como caminar, bailar o andar en bicicleta.
3. Toma una proporción adecuada de agua, 2 litros por día (8 vasos).
4. Reduce el consumo de sal y sustitúyelo por hierbas aromáticas y condimentos.
5. Evita las comidas ricas en azúcares y sal.
6. Ingiere una cantidad suficiente de proteínas, ya que si éstas faltan en tu dieta, puede reducirse la producción de albúmina y así, acumular líquido entre los tejidos.
7. Descansar. El reposo es esencial para prevenir la retención de líquidos y sobre todo, si ésta se localiza en los miembros inferiores, por ejemplo las piernas.
8. Consumir té y demás infusiones a base de hierbas que en la mayoría de los casos tienen un efecto diurético.
9. Si tu actividad laboral te obliga a estar sentada durante mucho tiempo, levántate al menos una vez cada hora y da un ligero paseo por la habitación.
10. No uses ropa, zapatos o calcetines muy ajustados.
Si a estas acciones le añades hábitos como evitar el consumo de bebidas gaseosas, café o harinas refinadas, te sentirás y te verás mucho mejor. Recuerda que la retención de líquidos se presenta en 7 de cada 10 mujeres.
Fuente: bienestar.salud180.com