La ropa de lana es difícil de tratar, porque una vez lavada puedes llevarte la sorpresa de que ha encogido o hasta de que ha quedado ¡2 tallas más grandes de lo que era!
Lo ideal es lavar las prendas de lana a mano. Llena un cubo o el fregadero con agua fría y añade el jabón o detergente que utilizas habitualmente para lavar la ropa. A continuación coloca la prenda y apriétala de modo suave, nunca talles o dejas en remojo la ropa de lana.
Una vez que has enjuagado la prenda y está limpia, escúrrela todo lo que puedas sin torcer, vuelve a enjuagar y repite el proceso hasta que le hayas quitado el exceso de agua. Si lo deseas, agrega unas gotas de vinagre blanco en el último enjuague, sirve para mantener el color de lana.
Para secarla ropa ayúdate con una toalla para que absorba toda el agua y luego deja secar la prenda sobre una superficie plana, nunca la cuelgues ya que podría estirarse.
- Utiliza siempre agua fría.
- Utiliza un jabón de calidad y disuélvelo en el agua
- Masajea la prenda para lavarla, no la talles.
- Nunca tiendas la ropa de lana con pinzas de tal modo que estas cuelguen, siempre deben secarse sobre una superficie horizontal.
- No dejes restos de jabón en la prenda
- Nunca guardes la prenda húmeda.
Fuente: hogartotal.imujer.com