Tras renunciar a ser miembros activos de la realeza británica y fijar su residencia en Estados Unidos, el príncipe Harry y su esposa, Meghan Markle, establecieron en octubre del 2020 la Fundación Archwell, cuyo nombre se inspira en su primogénito, Archie.
Luego de funcionar discretamente durante más de tres años, la institución fue hoy cuestionada por el fiscal general de California, Rob Bonta, quien la declaró morosa por no presentar sus informes anuales y cuotas de renovación.
La noticia estalló en los medios de comunicación de todo el mundo luego de la visita de tres días que los duques de Sussex realizaron a Nigeria por el aniversario de los Invictus Games.
Como se indica en el sitio web del Departamento de Justicia de California, un aviso es enviado a una organización cuando no entrega las presentaciones completas para cada año fiscal.
Según detalla The Independent, las organizaciones benéficas morosas reciben la orden de dejar de recaudar fondos, pueden enfrentar sanciones o suspender o revocar su registro.
Según explica la página web de la fundación, su misión se resume en afrontar el momento, presentándose, tomando medidas y utilizando su incomparable atención de parte de los medios para elevar y unir a las comunidades, locales y globales, a través de actos de servicio y compasión.
La pareja no ha contestado aún oficialmente a la noticia.