Meghan y Harry, duques de Sussex, reaparecieron en el Jubileo de la reina Isabel II. La pareja lleva ya dos años de no ser la preferida de la corona real británica. Sus muchas triquiñuelas desde que dejaron el Reino Unido han hecho que la popularidad de la que gozaban al casarse en 2018 se desplomara terriblemente. Ellos parecen hacer oídos sordos y llegaron al único evento del oficial al que los invitaron con un sospechoso micrófono escondido debajo del traje de Meghan.
La invitación de la reina Isabel a los duques de Sussex creó polémica
Fueron varios meses de controversia por la presencia de Meghan y Harry en los festejos del Jubileo de platino de Isabel II. Sin embargo, fue la misma monarca quien les abrió las puertas para asistir. La reina, ya de 96 años, quiso festejar estos icónicos 70 años en la corona británica al lado de toda su familia. Esto, por supuesto incluía tanto al príncipe Andrés como a los duques de Sussex a y sus hijos, Archie y Lilibet Diana.
Meghan y Harry estuvieron convocados únicamente a un acto oficial
A pesar de las buenas intenciones de la reina para con su extensa familia, también hubo ciertas reglas que les pidió cumplir. En específico, solicitó a su nieto Harry y a su esposa que mantuvieran un bajo perfil durante las celebraciones, con el fin de evitar rumores. Seguramente esta fue la razón por la que ambos no recibieron más que la invitación oficial para asistir a la misa de acción de gracias que se celebró este pasado sábado en la catedral de San Pablo.
Los duques de Sussex tuvieron un frío recibimiento en su único evento oficial
El príncipe Harry solía formar parte del primer círculo de la familia real. Este sábado se presentó junto con su esposa Meghan en la catedral de San Pablo. Antes de las 11 de la mañana, ambos arribaron a la misa por los 70 años de Isabel II en el trono. Una vez que bajaron del coche que los llevó, se escucharon -entre campanadas muy fuertes- tanto aplausos como abucheos. A diferencia de otras veces, ambos tomaron su lugar en la segunda fila del lado izquierdo de la iglesia. Se ubicaron detrás de los príncipes Eduardo y Sophie Wessex y al lado de Beatriz y Eugenia, hijas del príncipe Andrés. Harry se notó bastante incómodo. Una vez que tanto su padre como su hermano desfilaron por el pasillo principal, sin siquiera dedicarle una mirada o saludo cariñoso, la expresión del príncipe fue de total decepción.
El sospechoso vestido de Meghan
Desde su llegada a la catedral, los duques levantaron muchas sospechas. Al bajarse del coche, justo frente a los escalones de la iglesia, Harry ayudó a Meghan a arreglar la solapa de su vestido. No fue esta la única ocasión en la que ella jugó con el cuello, existen varias fotos en las que se la ve tocándolo. Además, algunas de estas imágenes revelan un punto que resaltaba que había algo sospechoso debajo de su atuendo.
¿En busca de contenido para Netflix?
No se sabe si en realidad lo que ella escondía debajo de su súper blanco look era un micrófono. Sin embargo, varias imágenes y videos parecen comprobar que, en efecto, los Sussex intentaron grabar sus intervenciones con el resto de la familia real. Desafortunadamente para ellos, esto resultó infructuoso pues, según se ha podido comprobar, no tuvieron mucha interacción con nadie. Un ex miembro del ejército de la corona, Trevor Coult, confirmó lo anterior y además manifestó que la familia lo había sabido de antemano.
Quizá por esto decidieron no presentarse en el almuerzo posterior en Guildhall. ¿O sería berrinche?