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Rolando Panchana

El lado más humano de Rolando Panchana

M: Hola Rolando has cumplido 15 años como papá.
R: Gracias por estar en la Gobernación. Yo siempre he dicho que soy esposo y padre.

M: ¿Primero, esposo o padre?
R: Primero, esposo. Y se lo digo a mis hijos: “El orden en la casa es su mamá primero y después, ustedes, siempre es así”. Pero hace 15 años, un 18 de junio llegó mi hija.

M: ¿Fue un Día del Padre?
R: Sí, y eso para mí es un bello recuerdo, es una hija que me ha dado muchas satisfacciones, es abandera del colegio, ella solita se levanta a estudiar, es muy responsable, los horarios los determina ella, incluso en el aspecto social, ella misma se regula.

M: ¿Enamoradiza?
R: Para nada.

M: Y tú como suegro, ¿cómo serías Rolando?(Risas).
R: Que me prueben primero, (risas). Yo creo que tengo la facilidad (porque soy comunicador), de entender las cosas, pero hace poco, tuvimos una pequeña diferencia con ella, quería ir con sus amigas a un piscinazo y dije: “¡No!˝

M: ¿Por qué?
R: Porque yo entiendo que las piscinas son con sol y en el día, yo no sé qué haces en una piscina en la noche.

M: También te puedes bañar, no pasa nada, ¿pero no es lo mismo en oscuridad?, (risas)
R: No es lo mismo, así que dije: “No, tiene solo 15 años, cuando tenga 18 usted haga lo que quiera”.

M: O sea que estas todavía, marcando a presión a la nena.
R: A todos, a los tres.

M: Concuerdas con tu esposa o de repente pueden pelear por “las órdenes”.
R: No, siempre nos ponemos de acuerdo ante una orden para los hijos; sobre todo el último, Bruno es avispadísimo, es súper chispa, él a veces acude al papá o a la mamá y el papá se entera después. Pero normalmente nosotros nos ponemos de acuerdo con mi mujer antes de… y eso es clave, ellos deben ver una sola posición de familia.

M: Y cómo es la rutina con tus hijos, luego de ser Asambleísta, ahora que eres Gobernador.
R: Ahora sí los disfruto, porque estoy en Guayaquil, me levanto todas las mañanas de lunes a domingo a las 06h00.

M: Pero ¿por qué?, por falta de melatonina o porque ya es una costumbre, (risas).
R: Ya es una costumbre, yo 06h00 o máximo 06h30 estoy despierto, a veces los levanto, o los llevo al colegio, en el desayuno tratamos de estar juntos y los fines de semana siempre juntos; de hecho para el Día de la Madre, mis hijos y yo le preparamos el desayuno a la mamá y se lo llevamos a la cama, son cosas con las que cultivamos nuestro tiempo, además de estar con ellos en sus temas importantes, por ejemplo, con María Elisa en su Confirmación, el Día de la Bandera, cuando fue la abandera de su colegio.

M: Y en las reuniones del colegio para recibir las libretas, esas que son todo 10, esas que dan gusto recibirlas.
R: De ley, pero aparte de eso las reuniones de formación de ellos.

M: Porque ustedes además son muy católicos-cristianos, muy apegados a Dios.
R: Sí, muy apegados, por eso ves en este despacho no solo al presidente Rafael Correa atrás, sino al Papa Francisco al frente.

M: Sí, claro, así veo, ahora que me dices que el Papa está aquí al frente, me acuerdo mucho de tu mamá (Maria Elena Farra). Tuve la oportunidad de conocerla en Ecuavisa y era muy humana, muy apegada a la parte espiritual. Tú también eres padre, pero también eres hijo y tu mamá se fue pronto.
R: Y eso a mí me ha marcado mucho, todas las semanas en algún rato, yo siento la falta de mi mamá. He podido gracias a Dios hacerles ver a mis hijos cómo era su abuela porque ninguno la conoció viva. Justo en el Día de la Madre, gracias a Gino Molinari y a Hernán, quienes tenían en archivo grabaciones en las que les pude mostrar lo que hacía su abuela en Complicidades, (Ecuavisa).

M: Ah claro, Gino también estaba en esa época en Complicidades.
R: Y logramos a través de una grabación que ellos vean y escuchen a su abuela, que era lo que hacía en televisión, cómo se expresaba; eso va más allá de la foto porque en foto sí la tienen, pero nunca la escucharon, nunca la vieron.

M: ¿Cuál es el mejor legado que te dejó tu mamá?
R: Precisamente eso, mi humanidad, yo soy incapaz de maltratar a alguien por su condición, no se diga por su raza, por su sexo, soy incapaz de eso.

M: Más allá de que puedas ser peleón.
R: Peleón sí, pero no conflictivo.

M: ¿Y cómo diferencias entre peleón y conflictivo?
R: Porque si me buscas, me encuentras.

M: Y si tu esposa te busca, ¿te encuentra? (Risas).
R: Cualquiera que me busque, me encuentra.

M: Pero tu esposa no, (risas), ella sabe cómo llevarte. Pero también eres hijo con tu papá, (Rolando Panchana Raymondi).
R: Sí, yo recién, y eso le decía a mi papá: “Sabes que tuve que esperar como casi unos 40 años para que tú me dijeras que me quieres”.

M: ¿En serio?, ustedes son varios hijos.
R: Somos cuatro hijos, hombres, todos, los cuatro, fuimos criados de una manera muy rígida, porque mi abuelo lo crió así a mi papá. Él es un hombre que se ha hecho cariñoso con el tiempo, antes era muy firme, muy seco, poco expresivo, pero con el tiempo cambió. Pero por mi mami yo soy a la inversa, con mis hijos soy muy cariñoso, trato de serlo y me sale, aunque a veces mi hija se queja y me dice: “Ya, ya, déjame, déjame”, porque soy muy chochero.

M: Bueno nosotros somos la primera generación de oprimidos, fuimos oprimidos por nuestros padres y ahora lo somos por nuestros hijos, es una cosa terrible, (risas).
R: Es curioso, (risas).

M: Ya para finalizar la entrevista quisiéramos que tu esposa Alexandra y tus hijos María Elisa, Rolando Xavier y Bruno puedan darte un abrazo y un beso. Cómo han crecido tus hijos, ahora descríbemelos Rolando, ¿cómo son ellos?
R: María Elisa es firme; Rolando Xavier es puro abrazo y beso, y Bruno pura chispa.
M: Y a quién se parecen en su forma de ser.
R: La mamá te puede describir mejor eso, creo que los tres tienen de los dos.

Alexandra: Si están mezcladitos.

M: Además de estar físicamente súper mezclados, o sea hubo hasta consenso en eso. Y bueno alguna palabra o una frase que le quieran decir a su papá, ¿cómo lo describirían?
Bruno: Tiene la voz muy alta, (risas).

M: Es que es comunicador, los comunicadores tenemos que tener la voz muy alta o si no cómo que no nos escuchan. María Elisa, ¿cómo lo describirías?
Extremadamente paciente.

M: Pero me contaron que no te dejaron ir el otro día a un piscinazo en la noche, yo me pusiera brava.
María Elisa: Sí, estaba bravísima, (risas).
Bruno: Es que era con hombres.
M: ¿Te parece bien que no la hayan dejado ir Bruno?.
Bruno: Sí, bien.

M: Y tu Rolando Xavier, descríbelo…
Roli: Yo creo que es muy cariñoso y me apoya en todo.

M: Y si tú, Alexandra, pudieras describir a Rolando, ¿cómo lo describirías como padre?
Alexandra: Reflexivo, cuando hay que hablar, llamar la atención o aconsejar es reflexivo, lo piensa, lo medita. También es molestoso, él llega abraza a los chicos, se tira con ellos.

M: Además que son momentos de relax porque tu vives estresado el día entero o sea de ti dependen muchas decisiones importantes.
R: Pero con ellos me río mucho.

M: Claro Rolando, porque si tú te pones a pensar, estar en la televisión es muy diferente a estar en la Gobernación, porque en la TV de hecho puedes hasta relajarte, pero acá tus decisiones son trascendentales.
R: Les trato de explicar que lo que el papá decida puede influir en la vida de mucha gente para bien o para mal, y sobre todo el querer contentar a todo el mundo es la fórmula del fracaso. Debes tomar decisiones y ser consciente de que no le va a gustar a alguien, pero las tienes que tomar porque a la mayoría les va a hacer bien, aunque entender eso a veces no es tan fácil. Por ejemplo, el día que hubo esa terrible tormenta en Guayaquil, el 7 de mayo, yo le había prometido a Rolando Xavier que iba hablar con él a una hora y no pude ir y me moría de la pena pero si no tomaba decisiones en ese momento, en lugar de tener 5 o 6 muertos pudiéramos haber tenido 50, porque tenía que ordenar, y estar en el sitio para tomar las decisiones más oportunas, porque una decisión cuando no es oportuna, es mala, tiene que ser a tiempo, no vale que la tomes tarde, claro, dicen: “Más vale tarde que nunca”, pero en la administración cuando es correcta tiene que ser oportuna.

M: Y ahora sí, ya para finalizar, ¿logras quitarte la gobernación de la cabeza cuando llegas a la casa?
R: Sí…
M: Y no te siguen atormentando con los celulares, los mensajitos de texto o cómo haces para decir: “sabes que estoy en mi casa” y no sentirte irresponsable por ello.
Alexandra: Ahí somos nosotros, cuando él llega a la casa, ya no es el Gobernador, siempre se lo hemos dicho y de vez en cuando se lo recordamos que quien entra a casa es el esposo, es el papá, quien tiene que ayudar al hijo con alguna tarea o en cualquier otra cosa, como una persona normal.

Gracias chicos por la entrevista.